5 objetos que traen suerte, según la cultura oriental
5 objetos que traen suerte, según la cultura oriental

5 objetos que traen suerte, según la cultura oriental

Museos
Los tenemos en casa, los vemos en vidrieras y negocios, pero ¿De dónde vienen?, ¿Qué significan estos objetos que asociamos con la buena fortuna y la protección del hogar?
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Con motivo de la exposición Creer y reinventar, en la que el Museo Nacional de Arte
Oriental propone un recorrido por diferentes símbolos de culturas milenarias, rastreamos
los orígenes y significados de cinco objetos de la suerte que se colaron en la cultura de
occidente y se hicieron parte de la vida diaria. ¿Los conocías?

  1. Maneki neko o gato de la fortuna
    La definición de maneki neko, también conocido como “gato de la fortuna”, viene de la
    combinación del verbo maneku, que en japonés significa “invitar a pasar”, y neko, que
    significa “gato”, entonces el maneki neko es un “gato que invita a pasar”. La popular
    escultura japonesa que representa a un gato en actitud de llamada, y que trae buena
    suerte a su dueño, es visto frecuentemente en tiendas, restaurantes o casas particulares.
    Se cree que el gato que levanta la pata izquierda invita a los potenciales clientes a
    ingresar a un local comercial y el que levanta la pata derecha invita a la buena fortuna a
    ingresar a un hogar. Una de las características de los maneki neko es su pechera que
    puede estar decorada en distintos colores y con símbolos tradicionales de la suerte.
    También pueden tener una moneda o cascabeles. Estos pequeños animalitos de la
    fortuna se originaron en el siglo XIX y ya hacia el 1900 se fabricaban en numerosos
    talleres a lo largo de todo Japón en porcelana o yeso. Incluso eran realizados en
    industrias de renombre. También los había en otros materiales como bronce, madera y piedra. En estas versiones más antiguas la pata solía estar fija pero en las versiones más actuales, de plástico, la pata suele moverse de arriba a abajo.
    Hoy en día existen miles de versiones de este gato de la fortuna: los hay altos, gordos, de
    diversos tamaños y colores. Los más usuales de ver son los de plástico, con la pata que se mueve como saludando a quien los mira.

  2. La moneda del año del perro
    Este objeto se relaciona con el zodíaco chino, que se basa en un ciclo de 12 años en el
    que cada uno está asociado a un animal. Se cree que el animal que domina el año de
    nacimiento de una persona influye en cómo será su personalidad. En este horóscopo, los
    años se rigen por el calendario lunar con lo cual el año nuevo chino ocurre en la luna
    nueva entre el 21 de enero y el 20 de febrero. Los animales de este zodíaco son: rata o
    ratón, buey, tigre, conejo o liebre, dragón, serpiente, caballo, cabra u oveja, mono, gallo o
    gorrión, perro, cerdo o jabalí.
    Desde el 16 de febrero de este año hasta el 4 de febrero de 2019 estaremos en el año del
    perro, considerado como uno de los más humanistas en la astrología china. Idealista, fiel
    e incondicional, el mejor amigo del hombre representa grandes valores. Se cree que en el año del perro, símbolo de justicia, inteligencia y protección, agudizaremos el olfato, desarrollaremos la intuición y los valores de amistad, lealtad, fidelidad y amor compasivo. Así, la moneda del perro, que posee la figura de este animal de un lado, acompañado por los ideogramas de “año del perro”, y del otro el símbolo del yin yang rodeado por los ideogramas de los 12 animales del zodíaco y los 8 trigramas del iching, se convierte en un elemento de la suerte para aquel que la porta, ya que durante este período será el animal que indique el camino a seguir para encontrar la fortuna. Su pequeño tamaño hace fácil su traslado. Como la mayoría de las monedas, está realizada en bronce, aluminio y cobre.



  3. Leones de Fo 
    Los leones de fo (a veces llamados leones de fu) son guardianes de las entradas de los templos budistas (fó es la palabra china para “Buda”). También se conocen como shíshī (“león de piedra” en chino) o perros de fo en lugar de leones. En Japón se los llama komainu, que quiere decir “perro de Corea”, ya que llegaron al archipiélago japonés a través de ese país. A pesar de sus muchas denominaciones, estos animales míticos comparten la función protectora y su iconografía se puede encontrar en muchos países de Asia. Generalmente, se realizan de a pares: el león macho con una esfera y la hembra con un cachorro, y se colocan uno a cada lado de las entradas a los templos. Pero la iconografía del león tampoco es propia de China (ya que no es un animal autóctono), sino que ingresó desde India junto a la religión budista en el siglo I. Así, es interesante pensar que en la antigüedad, los artesanos chinos creaban estas figuras de leones sin nunca haber visto uno real. Se pueden encontrar leones de fo en distintos materiales como mármol, granito, bronce o cerámica. También existen los producidos en masa en materiales como cemento, yeso o resina. El tamaño de las figuras puede variar muchísimo, las hay pequeñas y también pueden alcanzar dimensiones enormes como los leones de fo que se encuentran en el ingreso al Barrio Chino de la Ciudad de Buenos Aires.



  4. Parasoles
    Los parasoles de papel aceite son originarios de China y su uso se extendió a otros lugares de Asia como Japón, Corea y el sudeste asiático. Cuando surgieron, debido a lo costoso de su manufactura, estaban reservados estrictamente para la realeza y su uso se convirtió en símbolo de estatus. Con el correr del tiempo su fabricación se volvió más económica lo que permitió que se extendieran a toda la población. Aparte de cubrir de la lluvia o del sol, las sombrillas de papel aceite también suelen utilizarse en las bodas. En un casamiento tradicional chino las casamenteras cubren a la novia con una sombrilla de color rojo para ahuyentar la mala suerte. En las bodas tradicionales japonesas también se cubre a la novia con un parasol rojo. En la danza tradicional japonesa se pueden usar como parte de la escenografía y en la ceremonia del té se utilizan unos parasoles de papel conocidos como bangasa. En celebraciones religiosas también se ven sombrillas que llevan las imágenes de Buda. Esto es porque el parasol es uno de los símbolos del budismo que señala a Buda como el monarca universal y representa también la protección ya no del sol o la lluvia, sino del sufrimiento, los obstáculos y las fuerzas dañinas. Actualmente, convertidos en paraguas o sombrillas, se usan de forma corriente en todo el mundo, mientras los parasoles de papel aceite se venden normalmente como obras de arte o souvenirs. Su composición de papel/tela y madera los vuelve extremadamente frágiles. Suelen tener algún motivo pintado que alude al universo de la naturaleza.


  5. Elefantes de la suerte
    De procedencia hindú, utilizar un elefante como amuleto de la suerte surge del mito de Ganesha, el dios con cabeza de elefante. La leyenda cuenta que Shiva, el padre de Ganesha, quiso entrar en el palacio donde se encontraba bañándose la madre de Ganesha, pero éste le negó la entrada. Enfurecido, Shiva sacó su espada y le cortó la cabeza que rodó por una pendiente hasta desaparecer. Parvati, su madre, mandó a un sirviente que traiga la primera cabeza que encontrase y lo que él encontró fue un elefante. La cabeza del elefante se unió al cuerpo humano de Ganesha para resucitarlo. Desde entonces, Ganesha pasó de ser un niño hermoso a un hombre rechoncho con cabeza de elefante, cuatro brazos, larga trompa y enormes orejas. Por ser guardián de la casa y de su madre, se relaciona este amuleto con la protección del hogar y la familia. Para obtener su poder, se coloca el elefante en los balcones o en la puerta de las casas. De esta manera, se busca obtener mayores éxitos en el ámbito laboral, protección de los obstáculos, además de que asegura la paz y prosperidad. Es importante que el elefante tenga la trompa enrollada sobre su cabeza hacia atrás porque significa que no dejará que la buena suerte se vaya del hogar. También se suele poner una moneda o un billete al elefante para que el dinero se multiplique.

El Museo Nacional de Arte Oriental invita a conocer un poco más sobre estas culturas de
oriente. Hasta el 29 de julio, la sala Victorica del Museo Benito Quinquela Martín (Av.
Pedro de Mendoza 1835, Ciudad Autónoma de Buenos Aires) se convierte en un espacio
para indagar entre algunos exponentes de estos objetos que llegaron desde China, Japón
e India, y sintetizan cultura, historia y diversas creencias. Objetos que además de ser
bellos, cuentan historias, usos y sentidos que se les otorgaron y se transformaron a través
del tiempo.
Creer y reinventar puede visitarse de martes a viernes de 10:00 a 18:00 y sábados,
domingos y feriados de 11:15 a 18:00.