"Cartas con historias", una propuesta del Museo Histórico Nacional
"Cartas con historias", una propuesta del Museo Histórico Nacional

"Cartas con historias", una propuesta del Museo Histórico Nacional

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Historias individuales que nos hablan de historias colectivas y nos invitan a reflexionar sobre quiénes somos y cómo habitamos el pasado, el presente y el futuro.

Historias de amor, postales, telegramas, recetas de cocinas entre madres e hijas, cartas entre amigos en plena dictadura, cartas de niños a sus amigos imaginarios, mensajes de amor anónimos filtrados bajo el pupitre de una escuela, son algunas de las tantas historias que han llegado al correo electrónico del Museo Histórico Nacional gracias a las iniciativas "Cartas con Historia""Llegó Carta".

El Museo Histórico Nacional conserva un abundante archivo epistolar correspondiente al siglo XIX. Cartas que han pasado a la historia como las últimas palabras de Manuel Dorrego a su esposa, Ángela Baudrix, antes de ser fusilado, o la carta de José de San Martín a su amigo Tomás Guido relatando cómo se preparaba ante el inminete ataque español. También forma parte del Archivo la correspondencia en la que el libertador Simon Bolívar le relata a José de San Martín sobre la liberación de Quito. Estos intercambios son algunas de las joyas que atesora el museo y que se conservan gracias a la magia de la escritura y la necesidad de los seres humanos de compartir historias.

"Llegó carta"

María José Grenni forma parte del área educativa del museo y cuenta que la mayor parte del patrimonio epistolar que conserva fue escrito en su mayoría por hombres adinerados y pertecientes a la élite porteña. Aparecen, en menor medida, cartas escritas por mujeres de la alta sociedad y casi un nulo registros de cartas enviadas entre las clases populares. La educadora explica que las razones de esta disparidad se debe, por un lado, a que las dificultades en el acceso a la educación para las mujeres y sectores populares imposibilitaron el intercambio epistolar. Y por otro, a que en el primer momento de creación y desarrollo del museo, la búsqueda de ese tipo patrimonio no era un tema de interés.

"En el museo tenemos correspondencia del siglo XIX y la idea es abrir a las historias del siglo XX, a nuevos relatos, a historias personales que hablan de la historia regional también. Gracias a la inciativa 'Cartas con Historia', por ejemplo, nos llegó la historia de un hombre llamado Horacio Devitt, que cuenta las dificultades de la comunicación con su familia cuando hizo el servicio militar obligatorio en 1977 en la Patagonia. En aquel momento, los soldados no podían usar teléfono y las llamadas de larga distancia eran carísimas. Recién se pudo comunicar con su familia tres meses después cuando pudo conseguir papel y estampillas. Muchos de sus compañeros, provenientes del norte argentino, eran analfabetos, y Horacio y otros soldados los ayudaban a escribir las cartas a sus familiares", relata María José.

"Cartas con Historia" es una propuesta del Museo Histórico Nacional que invita a quienes hayan nacido antes de 1960 a compartir las cartas que hayan guardado, las cartas que no hayan mandado y las historias sobre esas cartas. Esta iniciativa, destinada a adultos, es hermana de "Llegó Carta", una actividad dirigida a niños y niñas en la que se los invitaba a hacer un recorrido epistolar por algunos objetos patrimoniales del museo que remitían a la correspondencia y se les contaban algunas historias a través de las cartas.

"En estos talleres que hicimos antes de la pandemia -y que luego adaptamos durante el APSO- se invitaba a los chicos y chicas a escribirle una carta a un personaje del futuro y se los invitaba a escribir con las técnicas del siglo XIX: pluma, tinta, lacre. La idea de este taller no era solo acercarlos a las formas de comunicación de otro momento sino que vean cómo las cartas también pueden ser una fuente histórica. Al escribirles a una persona del futuro, contarle a qué juegan, qué les gusta comer o -ahora- cómo están viviendo la pandemia, es una manera de que se puedan ver como sujetos protagonistas de un momento histórico", comenta la educadora.

Sello de humanidad

Las antiguas civilizaciones creían que la escritura era un regalo de los dioses a la humanidad. Los especialistas actuales se inclinan por hipotetizar que el motivo por el cual las antiguas civilizaciones desarrollaron la escritura fue tanto como para enviarles mensajes al más allá como advertencias para los ejércitos, impulsos artisticos u organización de la economía. Las tesis varían pero lo cierto es que, desde entonces, el ejercicio de dejar mensajes en las paredes, en las piedras o en el papel, pervive.

Al escribir una carta, seleccionar el papel, el sitio y el momento adecuado para la escritura, se ponen en juego múltiples dimensiones. En las palabras elegidas para enviar a un ser querido quedan reflejadas las huellas de una historia personal atravesada por la cultura y por el contexto político y social de quien enuncia.

Un historia que grafica esto es la de Inés, que nació y vivió con su familia en Rosario hasta los 27 años cuando se fue a vivir a Buenos Aires con su actual marido. A partir de ahí la comunicación con su familia fue por carta hasta que pudieron tener teléfono en sus casas. Con su mamá tenían un fluido intercambio epistolar, así le enseñó a cocinar compartiéndole sus recetas y la mantenía al tanto de todo lo que pasaba en su entorno más cercano. Con las cartas se trasmitían saberes y costumbres. En esta receta de bizcochitos también aparece una frase coyuntural, hoy histórica, del retorno de la democracia: “Se come, se educa, se vive con la democracia”.

Historias compartidas

"Contar qué se comía, qué se leía, 'sentir' la caligrafía nos aportan datos sobre un momento histórico, sobre nuestra cultura y aportan un sello de humanidad que tal vez sea difícil de leer porque es muy subjetivo, a la hora de historizar, qué sentía la persona, pero es una manera de entrar al mundo más privado, más íntimo", cuenta María José y comparte otra de las historias que llegaron al museo: la de Luis, de Quilmes, un hombre que nació en 1935 y desde hace dos años intercambia cartas con su nieta mayor, en lo que él denomina “conversaciones escritas”. En esos intercambios le cuenta sobre sus historias de vida, como por ejemplo su experiencia laboral en Avellaneda 'en lo que fue la capital nacional del trabajo' y donde podía elegir el trabajo que quería. También le cuenta que en Avellaneda conoció a su novia Dora con quien sigue desde hace 63 años. Estas conversaciones quedarán como experiencias de vida para sus nietas y bisnietas.

Otra de las historias que llegó al museo es una carta escrita en Buenos Aires el 12 de febrero de 1976. El relato está atravesado por la trágica historia reciente de la última dictadura cívico militar. Es una carta que atravesó el océano atlántico en avión y fue escrita por Juan a su amiga “la Gallega” que estaba viviendo en España y que iba a volver a Buenos Aires y planeaban reencontrarse. El encuentro nunca sucedió: Juan desaparece en enero de 1977. En esa carta aparecen otros nombres de personas que también fueron desaparecidas pero sobrevivieron y fueron querellantes de la causa de la ex Esma como es el caso de Elisa que estuvo desaparecida desde septiembre del '77. En esta carta, Juan habla de historias de amor, de sus amigos del sindicato y de la situación del país -'aca las cosas siguen como de costumbre, empeorando. No vamos a profundizar, ya vos lo conoces muy bien'- de lo mal que está la cosa. Le recrimina que no se acordó de su cumpleaños. Una carta con humor e ironía. En papel y escrita con birome azul. Termina con una P.D. de Juan: 'Luche y vuelve'".

María Sara Acosta hizo llegar al museo la historia de sus padres, que se pusieron de novios por carta mientra ella vivía en Tucumán y él en Buenos Aires. Sara cuenta que sus padres viven y que su mamá conserva todas esas cartas del año 1958, junto con muchas otras del período 1961-1964 que su marido le envió cuando se tuvo que ir a trabajar a otras provincias.

Todos estas huellas y estos actos de amor contemporáneos pasarán a formar parte del Archivo del Museo Histórico Nacional. Si naciste antes de 1960 podés participar de la siguiente manera:

  1. Enviando las historias por mensaje privado a las redes sociales o al correo del museo: [email protected]
  2. Tambiés se puede enviar un audio que relate la historia, un texto, o una foto de sus cartas por Whatsapp al número 11 2552 0089.
  3. Enviar fotos de cartas que no tiraron, o historias vinculadas con el intercambio epistolar o de noticias que les hayan llegado por carta. Y, también, pueden enviar la historia de cartas que nunca enviaron.