¿Por qué Borges nunca ganó el premio Nobel?
¿Por qué Borges nunca ganó el premio Nobel?

¿Por qué Borges nunca ganó el premio Nobel?

Letras
Fue nominado en reiteradas ocasiones, en 1967 casi lo consigue, pero nunca llegó a ganarlo. El mismo autor y su entorno alegaron motivos políticos, mientras la otra campana - la academia-, justificó que su arte era "demasiado exclusivo o artificial". Te contamos los motivos por los que Jorge Luis Borges nunca ganó el premio Nobel de literatura
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Borges fue narrador, poeta y ensayista, autor de piezas como “Historia universal de la infamia” (1935), “Ficciones” (1944), “El informe de Brodie” (1970) y “El Aleph” (1974) y de ensayos como “El tamaño de mi esperanza” (1926) o “Historia de la eternidad” (1936). Fue nominado al Premio Nobel de Literatura en 1967, 1968, 1969 y 1970, sin embargo, nunca lo pudo ganar. ¿Por qué?

¿Qué es el premio Nobel?

El Premio Nobel es un galardón que se otorga a personalidades de diferentes áreas de investigación y descubrimientos a nivel científico o cultural, relevantes para el bienestar de la humanidad. Tiene su origen en Suecia, en 1895, año en el que fallece Alfred Nobel, ingeniero industrial impulsor de esta idea. En 1901 comenzaron a entregarse anualmente los premios en las siguientes categorías: Física, Química, Medicina, Literatura y Paz. La distinción para la persona o institución seleccionada recibe una medalla de oro, un diploma y una suma de dinero.

¿Incorrección política o arte para pocos?

Gracias a la desclasificación de los archivos de la Academia, 50 años después, se descubrieron las razones por las cuales Jorge Luis Borges no recibió el Premio Nobel de Literatura tras la nominación de 1967. El motivo principal, que se creyó durante mucho tiempo, y que sostuvo el mismo escritor, fue el político. El escritor era de carácter conservador y muy crítico de la literatura comprometida de su época, y se menciona su antiperonismo, su acercamiento a Rafael Videla y la visita a Augusto Pinochet para recibir un doctorado honoris causa en la Universidad de Chile. Allí pronunció un discurso que fue muy cuestionado y del que años después se arrepintió públicamente, en el que elogiaba al dictador. De hecho, fue confirmado por el académico sueco Arthur Lundkist (quien introdujo la obra de Borges mediante traducciones en Europa), que estos dichos fueron tenidos en cuenta por la Academia. En 2016, fue María Kodama, la viuda del escritor, quien lo reafirmó.


(Foto: Jorge Luis Borges. Fuente: Eterna Cadencia).

María Esther Vázquez, autora de “Borges, esplendor y derrota”, devela el supuesto segundo motivo por el cual el escritor no recibió el premio. Cuentan que en una cena institucional, luego de recitar poemas escritos por Lundkist, Borges se burló del autor delante de todos los presentes. Este dato le llegó al académico que, memorioso él, nunca se lo perdonó. Sin embargo, el secretario permanente hasta 2009, Horace Engdahl, afirmó que en la Academia no influyen cuestiones ideológicas ni de índole personal en la decisión final para otorgar el premio. 

Según una investigación, el académico Anders Österling, presidente del Comité, rechazó a Borges porque era, en sus propias palabras "demasiado exclusivo o artificial en su ingenioso arte en miniatura". Es decir, consideraba que su obra era de carácter elitista. El premio de ese año fue recibido por el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, autor de “El señor presidente” (1946), y uno de los referentes del denominado boom literario latinoamericano de los años 60 junto a Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, José Donoso, Carlos Fuentes, y Julio Cortázar, entre otros.

 


(Foto: Jorge Luis Borges. Fuente: Agencia EFE).

En el año 2018, en la inauguración del Festival Internacional del Libro de Buenos Aires (FILBA), se realizó un acto donde se le otorgó simbólicamente el galardón al escritor argentino. Un Comité Internacional de Escritores, conformado por representantes de Francia, Inglaterra, España, Egipto, Argentina, Brasil, Uruguay, México y Venezuela, entre los cuales destacan Catherine Millet, Irvine Welsh y Fernando Savater, decidió hacer este acto para rebelarse contra el galardón, luego que la Academia decidiera no entregar el reconocimiento de ese año debido a un escándalo de abuso sexual y filtración de nombres de ganadores. Fue Esteban Feune de Colombi, artista argentino, el encargado de realizar esta performance, leída en sueco y en español. La comunidad literaria saldó así su deuda pendiente con Borges.