Bellas Artes Cine: La belleza del terror

Proyección de cuatro obras maestras del cine de terror en el Auditorio de Amigos del Bellas Artes, con entrada gratuita.


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¿Qué es?

El Museo Nacional de Bellas Artes y Amigos del Bellas Artes presentan el primer ciclo de la temporada 2023 de Bellas Artes Cine, “La belleza del terror”, que proyectará del 21 al 29 de abril, con entrada gratuita, cuatro obras maestras del género.

“Bellas Artes Cine comienza su programación en 2023 ‒afirma el programador del ciclo, Leonardo D’Espósito‒ con cuatro obras maestras del cine que, no casualmente, son filmes de terror. Filmes en cierto sentido malditos, filmes totalmente míticos, que además ampliaron las posibilidades de la representación estética en el cine”.

Las entradas son gratuitas y se adquieren únicamente de manera online, completando el formulario de reserva para cada función (link en el detalle de la programación).

Programación:

  • Nosferatu: Una sinfonía del horror (Alemania, 1922)

Duración: 94 minutos

Dirección: Friedrich Wilhelm Murnau

Sinopsis: antes de ser una película, “Nosferatu” es una historia de contrabandistas. Se trataba de hacer una versión de la novela y la obra teatral derivada “Drácula”, clásico de Bram Stoker, pero los derechos eran impagables. Así que se trasladó la acción principal a Alemania, se cambiaron algunos nombres (el conde ahora se llama Orlok, Jonathan Harker, Thomas Hutter), muy pocas situaciones y, por supuesto, el título. Este juego de máscaras para evitar un gasto millonario no impidió que “Nosferatu” sea una obra maestra. Más aún: una película efectiva a la hora de causar terror incluso si es muda, si es en blanco y negro, si sus efectos especiales denotan cierto primitivismo. F.W. Murnau exploró el costado onírico de la historia del vampiro y pobló la puesta en escena de efectos nada novedosos en 1922 (acelerados, sobreimpresiones), pero lo hizo de un modo musical: cada efecto es un acento, una nota, una forma del ritmo. Murnau creó para el cine la noción de clima, esa complementariedad absoluta de las capas de una obra para lograr un cierto estado emocional en el espectador. Murnau apeló, también, a elementos del expresionismo, aunque solo en el personaje del Conde, interpretado por Max Schreck. El resto de la puesta en escena se acerca al decadentismo como último avatar del romanticismo. Estos elementos, que generan además un aspecto de cierto barroquismo, impactarán en todo el fantástico posterior, especialmente en el cine de terror de la Universal de la década de 1930, con sus versiones clásicas de Drácula y Frankenstein, especialmente, fuertemente influidas además por la incorporación de técnicos alemanes a Hollywood tras el ascenso de los nazis al poder.

Viernes 21 de abril, a las 19 h. RESERVA DE ENTRADAS.


  • Fenómenos (EE.UU., 1931)

Duración: 64 minutos

Dirección: Tod Browning

Sinopsis: el gran tema de las películas de Tod Browning es la deformidad. No solo la física, sino también la moral. Durante el período mudo, Browning realizó una gran cantidad de películas asociado a Lon Chaney, actor especialista en monstruos (otra vez, tanto físicos como especialmente morales) que además conocía todos los secretos del maquillaje para el cine. De hecho, fue Chaney quien redactó el artículo sobre esas técnicas para la Encyclopedia Britannica. Otro aspecto del cine de Browning es la recurrencia al circo y a sus fenómenos: el cuerpo inhabitual ‒hoy alguien diría “no hegemónico”‒ era icono de emociones y espejo de prejuicios. También eran un poco deformes ‒en el sentido de meandrosas, de retorcidas‒ las tramas de sus filmes, que incluso si pueden incluirse en el terror (fue el adaptador de “Drácula” para Hollywood con Bela Lugosi en el rol del Conde) o en la aventura (“Los pantanos de Zanzíbar”), siempre fueron melodramas donde las emociones humanas llegaban a la pasión desaforada. Fenómenos es la historia de un enano de circo enamorado de una écuyere; de cómo ésta se aprovecha de ese amor para casarse con él y robarlo en connivencia con el hombre fuerte, y de la venganza ‒atroz‒ de los “fenómenos” contra ella. Pero es mucho más, porque Browning no trata a mujeres barbudas, siamesas, liliputienses, hombres-torso o niños eternos como monstruos sino como los verdaderos humanos. El monstruo es el “normal”, el “bello”. La película fue un escándalo y tardó años en estrenarse. Y cuando lo hizo se convirtió de inmediato en referencia y obra maestra.

Sábado 22 de abril, a las 19 h. RESERVA DE ENTRADAS


  • El carnaval de las almas (EE.UU., 1962)

Duración: 84 minutos

Dirección: Herk Harvey

Sinopsis: hay demasiadas curiosidades alrededor de “El carnaval de las almas”, una película de fantasmas que es, en sí misma, una película fantasma. Es el único filme realizado por Herk Harvey (que murió en 1966 y de quien sabemos que hizo unos pocos cortometrajes y trabajó en efectos especiales). Totalmente independiente, realizada al margen de cualquier circuito de producción o exhibición mainstream, no fue un gran éxito pero, poco a poco, su fama creció hasta convertirse en un auténtico filme de culto. Influyó luego en cineastas cercanos a lo surreal, como David Lynch, que la menciona como una de sus películas favoritas. Su protagonista Candace Hilligoss apenas volvió a aparecer en un par de producciones de terror clase Z, y mucho más tarde escribió un libro sobre su matrimonio con otro actor, que fue más exitoso que cualquiera de sus actuaciones. A pesar de esta ausencia de fama, la película fue matriz de muchas otras producciones de horror que el espectador descubrirá cuando llegue al final (cualquier otra referencia en este texto sería un gigantesco spoiler). Quizás sea la definitiva historia de fantasmas: una mujer que es perseguida por extrañas apariciones, por seres grotescos que parecen buscarla. Las apariciones no son solo nocturnas, sino que suceden en cualquier momento, como si su vida se hubiera transformado en una pesadilla. Ni siquiera la asistencia psicológica puede explicar a estos seres. Harvey transforma el mundo cotidiano de un pequeño pueblo de los EE.UU. en algo así como una ruleta del horror, hasta el final que es al mismo tiempo catártico y fatal. Hay pocas películas como “El carnaval de las almas” que dejen al espectador en un estado de angustia y duda existencial.

Viernes 28 de abril, a las 19 h. RESERVA DE ENTRADAS


  • La noche de los muertos vivos (EE.UU., 1968)

Duración: 96 minutos

Dirección: George A. Romero

Sinopsis: un mal día, los muertos comienzan a salir de sus tumbas y buscan alimentarse de seres vivos. Las explicaciones de por qué esto sucede son lo de menos: simplemente los persiguen ‒a paso lento pero inexorable‒ y los devoran. Una mordedura de zombi transforma en muerto vivo a la víctima. Una joven herida y un hombre negro llegan a una cabaña donde se refugian otras cinco personas en medio de una noche en la que el ataque de los muertos vivos se renovará una y otra vez. Pero eso no es todo: la tensión dentro de la cabaña, el racismo, la cobardía y el peligro hacen que, como hubiera dicho Sartre, el infierno también sea los otros. George A. Romero debutó con esta obra maestra de la sátira social (la sátira no siempre ha de ser cómica) y política ‒el final es tan irónico como atroz, un alegato antirracista en plena lucha de los negros estadounidenses por los derechos civiles‒ gastando unos pocos dólares. La película recaudó 250 veces su presupuesto. Pero lo más interesante es la iconografía que creó (las manos atravesando puertas de madera, los muertos vivos como seres tristes pero inexorables, las rasgadas vestiduras de los cadáveres andantes, la cabaña en medio de la nada) y que generó un cambio definitivo en el género. Romero continuaría su serie de muertos vivos, siempre con el mismo sustrato satírico.

Sábado 29 de abril, a las 19 h. RESERVA DE ENTRADAS.

¿Cuándo?

21, 22, 28 y 29 de abril, a las 19 h.

¿Dónde?

Sala de Amigos del Bellas Artes, Av. Figueroa Alcorta 2280.