Así fue el taller de collage para chicos en la Feria del Libro
Así fue el taller de collage para chicos en la Feria del Libro

Así fue el taller de collage para chicos en la Feria del Libro

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La actividad tuvo lugar en el stand del Ministerio de Cultura en la 43° edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires
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El stand del Ministerio de Cultura en la 43° edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires fue escenario de talleres y charlas donde convivieron las dos disciplinas

Son las 15. 25, faltan solo cinco minutos para que empiece el taller de collage en el stand “La cultura la hacemos juntos” que el Ministerio ofrece en el Pabellón Azul de la 43ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, y sus coordinadores ya tienen todo listo. Sobre las mesas de trabajo dejaron tijeras, plasticolas, cartulinas de colores y hojas llenas de partes del rostro humano y accesorios. Ojos, narices, bigotes, bocas, anteojos y moños de todo tipo.

Algunos chicos empiezan a llegar y a ocupar los puestos. Como Sofía, de 4 años, que enseguida comienza a recortar, con la ayuda de su madre, partes de una cara que va formando, como un rompecabezas, y pegando en un trozo de cartulina rosa.

Emi, de 8, también elige recortar labios, ojos y moños para formar un rostro de mujer.

–¿Qué tal va esa cara? ¿Primero vas a recortar y después a pegar?  –le pregunta Cecilia Garavaglia, quien coordina la actividad junto a Mariano Vilela, y están atentos, todo el tiempo, a lo que hacen los niños.

Cecilia y Mariano son los creadores de ETRA. Infancia y Arte Moderno, un espacio que ofrece talleres de arquitectura, arte y diseño para niños y niñas entre los 5 y los 12 años. Si bien tienen su propio lugar –ubicado en el barrio de Palermo– donde dictan cursos anuales, cuatrimestrales y actividades de un único encuentro, ofrecen propuestas en museos, centros culturales y galerías de arte y diseñan actividades adaptadas al espacio y a quien las convoque.

“Mariano y yo creamos ETRA hace cuatro años. En la Feria estamos dando dos talleres: los miércoles, de 15.30 a 16.30; y los viernes, de 14.30 a 15.30. El de los miércoles es este de collage: a partir de una plantilla que nosotros les damos, cada uno tiene que armar su propia cara, recortando y pegando. El de los viernes se llama 'Libro Libre', en esa actividad les damos a los chicos un cuaderno de hojas de colores, que ya tenemos preparado, y ellos arman un libro pop-up, que son esos que, cuando los abrís, sale una figura que parece desprenderse de la hoja”, cuenta Cecilia. Este es el segundo año que están ofreciendo talleres en la Feria del Libro y les viene yendo muy bien. “Estamos contentos –dice la cocreadora de ETRA–. Los chicos enseguida se enganchan. Esta del collage es una actividad que pensamos para lugares donde circula mucha gente, donde los tiempos son cortos, porque los padres también quieren seguir recorriendo, entonces les damos la consigna y ellos pueden crear”. “Lo que sí hacemos –agrega–, es traer todo preparado, prearmado. Porque aparte lo que sucede es que los chicos llegan e inmediatamente se van sumando otros, los que vinieron primero terminan antes, otros se acercan después y hay recambio. Entonces el ejercicio es muy flexible”.

Lo que cuenta Cecilia es cierto: a Sofía y Emi, las primeras en llegar al taller, se les sumaron rápidamente alrededor de 15 participantes más. Todas las mesas de trabajo están ocupadas. Niños, niñas y algunas preadolescentes trabajan con entusiasmo en sus collages. Los más pequeños reciben ayuda de sus padres o acompañantes, sobre todo para cortar. Hay cartulinas de múltiples colores y partes de caras para hacer todo tipo de combinaciones.

Cerca del final del taller, no cabe un solo niño más en las mesas de trabajo. Los talleristas se aseguran de que todos tengan suficientes materiales y estén disfrutando.

“Lo que es fundamental, es hacer algo que supere las expectativas. Nosotros traemos una cantidad abundante de material y da la sensación de que podrías estar el tiempo que quisieses haciendo diferentes collages. Eso a los chicos los atrapa”, señala Mariano. Y añade que, al ser una actividad que prácticamente se explica sola, todo fluye: “Dejás los elementos en la mesa, y los chicos empiezan a jugar”.

Caras con pelos, sin pelos. Con moños, sin moños. Con anteojos o sin ellos. Todo tipo de personajes se llevan los chicos y las chicas, cuando se van, contentos, del stand del Ministerio de Cultura.