Arranca “Asterisco”, el Festival Internacional de Cine LGBTIQ+
Arranca “Asterisco”, el Festival Internacional de Cine LGBTIQ+

Arranca “Asterisco”, el Festival Internacional de Cine LGBTIQ+

Cine
La edición 2020 presenta más de 50 títulos que se pueden ver, gratis, en las salas virtuales del Centro Cultural Kirchner, el MALBA, La Filmoteca online y en la plataforma Cont.ar.
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Con un equipo de programación de lujo, que encabeza Diego Trerotola y que incluye a la cineasta Albertina Carri, al historiador Fernando Martín Peña y la periodista Andrea Guzmán, se realiza hasta el 19 de noviembre la 7.° edición de “Asterisco”, el Festival Internacional de Cine LGBTIQ+ en el que se puede disfrutar de 50 filmes que visibilizan la diversidad y la disidencia sexual y de género.

Este año las proyecciones serán online y gratuitas, no solo por la pandemia del Covid-19 sino también como un modo de ampliar la llegada de la propuesta, dicen los organizadores. Así, entre el 10 y el 19 de noviembre, las películas se pueden ver en las salas virtuales del MALBA, La Filmoteca online, el Centro Cultural Kirchner y en la plataforma Cont.ar.

“Es importante recuperar el cine como punto de encuentro, lugar de conexión y visibilidad emocional comunitaria”, sostiene Trerotola, director del Festival, crítico de cine, actor y uno de los activistas reconocidos de la ley matrimonio igualitario.

 

"El cambio jurídico logrado en Argentina desde un nuevo paradigma donde se piensa a la diversidad desde los derechos humanos, promoviendo las leyes de Matrimonio Igualitario y de Identidad de género como puntos de partida de un cambio social más amplio, es fundamental que tenga un correlato en políticas culturales renovadoras”, enfatiza y con ese norte se programó el Festival, para mantener vivo un cine que “pueda estar a la altura de leyes que son vanguardia en el mundo por estar fundadas en un diálogo profundo entre las organizaciones y personas de la sociedad civil y el Estado”.

 

Secciones competitivas

En esta edición "Asterisco" tiene tres secciones competitivas que se ampliaron y afinaron. La de largometrajes de ficción este año hace foco en Latinoamérica para dar cuenta de la explosión de producción de cine LGBTIQ+ en la región. Aquí se puede ver, entre otras películas, la argentina Canela, de Cecilia del Valle”, sobre una arquitecta trans que no se siente a gusto con su genitalidad, o El Príncipe, de Sebastián Muñoz, un filme chileno de homoerotismo tumbero basado en la novela homónima de Mario Cruz. También se pueden ver la guatemalteca José, de Li Cheng, sobre las vivencias de un joven nacido en el seno de una familia neopentecostal, o la uruguaya La intención del colibrí, de Sergio de León, que cuenta la relación entre el artista Ulises Beisso y Juan Arrospide.


La intención del colibrí, de Sergio de León, con obras de Ulises Bessio.

La sección de cortos está dedicada exclusivamente a las producciones nacionales, con filmes que fueron finalizados este año, algunos incluso filmados en el contexto de la pandemia. En esta sección se puede ver biografías como Huracán Berta, de Daniela Aguinsky, sobre la vida de Berta Rodas, estrella de las populares Fiestas PLOP! en Vorterix; o Transcendente, de Joaquín González, sobre Lorena Carpanchay, mujer trans y coplera de los Valles Calchaquíes, entre otras interesantes producciones.


Transcendente, de Joaquín González.

Llama la atención la cantidad de proyectos presentados para la competencia de “Películas en proceso”. Este año hubo un récord de presentaciones, de las que se seleccionaron 17 proyectos. Es un número inusitado que genera mucha expectativa por lo que se viene, pero también habla de la crisis que atraviesa el cine derivada de la pandemia.

Cuatro secciones más componen el festival: “La piel que habito”, “Activismos”, “Monstruos homoeróticos” y “Pioneres queers”, todos espacios que, como dice Trerotola, son parte de esa “reunión ecléctica y comunión festiva” que es el Festival "Asterisco".

La programación completa y las actividades especiales se pueden revisar en festivalasterisco.com.ar. Esta séptima edición del se realiza con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Innovación Cultural de la Secretaría de Desarrollo Cultural; el Centro Cultural Kirchner; la Secretaría de Medios y Comunicación Pública; Contenidos Públicos SE y el INADI.

Secciones no competitivas


El cazador, de Marco Berger.

La piel que habito

Aislante y permeable, protectora y elástica, la piel que evoca el nombre de esta sección es el lugar en el que empiezan y nunca terminan nuestras identidades, porque sabemos que allí podemos reescribir lenguajes múltiples con pelos y señales. La piel también es un órgano de visibilidad, nos muestra y nos conecta al mundo. Esta sección, dividida en distintas capas como toda piel que se precie de serlo, es un panorama, el mayor órgano visible de "Asterisco", porque la protección de cada personalidad y su continua comunicación libre con el mundo es una tarea que hay que celebrar a lo grande, como la diversidad y la disidencia lo necesita y lo merece.


No me dejaron llorar, de Ariel Martínez Herrera.

Activismos

La pluralidad de voces es una necesidad en el activismo y esa polifonía está retratada en esta nueva sección que refleja nuevos modos de las políticas del deseo. La fuerza del cine como documento que testimonia las distintas formas del activismo que se siguen gestando en la Argentina y que también repercuten en la región.


Dr. Jekyll y su hermana Hyde, de Roy Ward Baker.

Monstruos homoeróticos

Una sección histórica de "Asterisco" que vuelve a estar en el Festival para repensar el cine de género, en contra de las políticas de la cancelación vamos a volver a ver ciertos retratos monstruosos de la diversidad de una manera un poco perversa, como todo cine de terror lo merece. El pasado del cine también tiene la sangre caliente.


Primero yo, de Fernando Ayala.

Pioneres queers

Una sección que estuvo desde la primera edición de "Asterisco" y que se propone mirar al pasado de la historia del cine, especialmente al pasado de la producción argentina, por la importancia que le damos a las políticas de la memoria. Siempre es importante la visibilización y resignificación de obras del pasado, muchas veces perdidas u olvidadas, porque permiten el desarrollo del presente y el futuro.