Aniversario del nacimiento de Adolfo P. Carranza, impulsor del Museo Histórico Nacional

Adolfo Pedro Carranza consagró su vida en pos de un sueño: homenajear a los próceres de la historia argentina. En 1889, a los 32 años, comenzó a luchar contra la apatía oficial y privada para alcanzar ese sueño y poder fundar un museo.

El entonces intendente de la ciudad de Buenos Aires, Francisco Seeber, apoyó su idea y el 24 de mayo de 1889 dictó el decreto por el cual se creaba el Museo Histórico de la Capital. En 1891 fue nacionalizado convirtiéndose en el Museo Histórico Nacional. Adolfo P. Carranza fue su director desde el año 1890. 

Luego de cambiar varias veces de sede, en el año 1897, el Museo se estableció definitivamente en la antigua residencia de Gregorio Lezama (hoy Parque Lezama), donde se instaló Carranza junto a su familia. Dirigió el MHN durante 25 años. Falleció el 15 de agosto de 1914, a los 57 años, en la misma cama de bronce donde había nacido y en el solar que tanto quería.

Gabriel Di Meglio, estudió doctorado en Historia en la Universidad de Buenos Aires y es docente universitario en las carreras de Historia (UBA y UNSAM). Durante años se dedicó a investigar las formas de participación política de las clases populares en Buenos Aires y otros espacios del litoral rioplatense, a partir de la Revolución de Mayo y a lo largo del siglo XIX. Estuvo al frente del Museo del Cabildo de Buenos Aires y de la Revolución de Mayo y desde abril del 2020 dirige el Museo Histórico Nacional.

Foto: Gabriel Di Meglio.

- ¿Qué legado de Adolfo P. Carranza se puede ver en el Museo Histórico Nacional?

- Si bien el museo ha cambiado desde su creación, y lógicamente sigue actualizándose, es interesante conocer la marca de origen que dejó Carranza. Se puede ver su impronta tanto en la colección, como en la Biblioteca y el Archivo del Museo. Por eso es muy importante tener presente la figura de Carranza para poder comprender la historia institucional del museo.

-¿Qué es lo que más le atrae de dirigir este Museo?

- Lo que más me atrae de dirigir el Museo Histórico Nacional es que es el museo histórico más importante del país y tiene una colección y un edificio espectacular. Me animé a tomarlo porque ya tuve una gestión en un museo histórico, que es el Museo del Cabildo, que aborda un período sobre la historia argentina en el que yo estoy especializado. En el Histórico toda la historia argentina puede ser tematizada. Es un desafío muy grande y a la vez que me atrae mucho la posibilidad de pensar una gran narrativa para la historia argentina, a través de una colección que es realmente descollante. Es un privilegio, implica muchísimo trabajo, pero para mí es un desafío muy lindo, obviamente, en una época muy difícil.

También me interesa pensar en cómo ir cambiando un museo, en este caso, uno que tiene una impronta muy grande que es la de su fundador Carranza. Me parece que los museos necesitan transformaciones. Como decía un historiador “cada generación debe reescribir la historia porque el pasado no cambia pero el presente sí" y, efectivamente, las preguntas son diferentes. Me interesa incluir al siglo XX o empezar a tematizarlo porque nunca ha sido considerado en el museo.

Campanas, fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX en el Museo Histórico Nacional. Imágen Ministerio de Cultura de la Nación

- ¿Cómo ve la relación entre las y los visitantes y el Museo Histórico Nacional en la actualidad? ¿Qué es lo que lo que la gente espera de la institución?

- Yo estoy en funciones desde abril del 2020 y durante menos de la mitad de mi gestión el museo estuvo abierto y con aforo. Por un lado hubo acercamiento a la gente de modo virtual. En cuanto a las personas que concurre al museo, lo que noto es que el Museo Histórico Nacional tiene un público muy fiel que lo visita y sigue con interés lo que ocurre. Creo que también tiene, lamentablemente, altos niveles de desconocimiento en muchas otras personas, que es algo que es importante solucionar. Es un trabajo a largo plazo visibilizarlo más acorde con la calidad de lo que tiene, es un museo espectacular.

El público siempre es muy variado, hay gente que le gusta mucho las novedades e ir viendo los distintos cambios. Otra que prefiere que el museo siempre sea igual y se queja porque no está igual a como cuando lo vio hace unos años, y hay otros a quienes les parece que el museo siempre debe tener el mismo relato o la  misma museografía. Obviamente son todas posiciones respetables, no todo el mundo siempre va a estar del mismo modo respecto al Histórico pero, en general, al público le gusta bastante venir a este museo. 

Museo Histórico Nacional- Foto: Luis Abregú y Camila Cersósimo.

- ¿Cómo afectó la pandemia y como se hizo frente a esa situación?

- Cuando asumí hubo que cambiar los proyectos con los que yo llegaba a un modo de teletrabajo. Trabajamos bastante. La muestra por el bicentenario de la muerte de Belgrano se convirtió en una suerte de muestra virtual, en una web. Lo mismo con la muestra "Güemes, líder revolucionario", la hicimos virtual, es otra lógica y otro formato. Es, además, un aporte porque después queda, tiene algo interesante y en el futuro es ideal que eso sea complementario, lo virtual con lo presencial pero no reemplaza al museo presencial.

Se pudo sacar provecho de algunas cosas. Estamos haciendo el ciclo de charlas “Historias Argentinas”, sobre provincias y nación, los miércoles a las 17.30, en vivo por Facebook, con una frecuencia quincenal. En este ciclo exponen, en una misma charla, historiadores e historiadoras de distintos lugares del país gracias a estos sistemas de streaming, que antes existían pero que casi nadie tenía en cuenta. Nos permite hacer algo que no podríamos hacer de modo presencial.

También pudimos hacer un proyecto de coyuntura que se llama “Tu historia en el Histórico” para entrevistar a personas nacidas antes de 1950 y que hayan vivido en Argentina, preguntándole sobre su infancia, sobre su escuela, sobre su primer trabajo, sobre momentos políticos del país y así tener un archivo sobre el siglo XX argentino. Se anotó mucha gente. Difícil de coordinar pero fue una de las cosas que no pensábamos hacer antes de llegar y que improvisamos en base a la pandemia, pero que tiene un lado muy positivo para el museo.  

Le dimos bastante peso a las redes sociales, Instagram y Facebook. Hay una interacción fuerte, proponemos distintos tipos de actividades, desde dar a conocer el patrimonio hasta actividades más participativas y eso es algo que todos los museos en general han estimulado en el marco de la pandemia.

De todos modos ya pudimos volver a abrir. Estamos en funcionamiento de jueves a domingos de 11 a 19, con aforo todavía, pero podemos mostrar una parte del museo.

- ¿Cuáles son los proyectos en un futuro inmediato?

- Hay dos momentos diferentes y a largo plazo. De acá a dos años mi proyecto -que es con el cual entré como proyecto de gestión- es una renovación integral del guion de la muestra de museo. Poder tomar una gran historia argentina desde el período prehispánico hasta el siglo XX. Para el siglo XX no hay patrimonio, hay que buscarlo. Y, por supuesto, con el eje puesto en lo más rico de la colección que es el período colonial y el siglo XIX. Hacer un guion nuevo, serio, informado y que incorpore los adelantos historiográficos, es un trabajo muy largo en el cual ya estamos metidos pero va a llevar tiempo.

Cuando yo entré al museo habían desarmado algunas salas, con lo cual se me condicionó mucho lo que podía hacer. Hay un museo transitorio de estos años que tiene distintas muestras, muy lindas, pero que no tienen una unidad entre sí, lo único que tienen en común es que todas hablan del pasado argentino. Tenemos el “Camino de la Independencia”, ese pasillo sanmartiniano que concluye con el sable del General San Martín. Hay una muestra que inauguramos en febrero de este año que se llama “Panorama Cándido”, donde están expuestos los treinta y dos Cándido López que tiene el museo, una colección espectacular, con muchos otros elementos que contextualizan esa obra refiriéndose a la Guerra de la Triple Alianza.

En el mes de octubre tenemos prevista la inauguración de otra muestra que recorre grandes éxitos de la colección. Cura temáticamente a cosas muy vistas y muy icónicas de la colección del museo, y otras no tan vistas y no tan icónicas, pero que también son espectaculares. Hasta ese momento siguen en exposición las piezas prehispánicas de los Andes Centrales, de Perú y Bolivia, de la colección de García Uriburu.

Cándido López-Museo Histórico Nacional- Imágen: Ministerio de Cultura de la Nación  

-¿El rock nacional será la gran apuesta como cierre del año?

-Así es. Otra gran apuesta para este año, que va a ser por seis meses y que es una novedad para el museo, es la muestra “Los ’80: el rock en la calle”, historia del rock argentino en la década del ochenta (1982-1991), hecha en base a préstamos de particulares. Una muestra muy importante, en cantidad de cosas y en tamaño de exposición que está previsto inaugurarse a fines de noviembre. Tratará de mostrar todo el mundo del rock, desde la Guerra de Malvinas y el fin de la dictadura cívico militar hasta el inicio del menemismo, centrado en la música, en los artistas, en la prensa, en el arte de la época, en el público, en los lugares, en lo que pasaba en distintos lugares del país.

Todas estas propuestas tendrán un correlato virtual. Siempre la acompañamos con posteos mensuales temáticos, siguiendo líneas curatoriales de estas posiciones. El museo está en bastante movimiento.

Foto portada: Adolfo Carranza en el Museo Histórico Nacional, circa 1896. Colección MHN