¿Quién fue Ángel Gallardo y cuál fue su legado?
¿Quién fue Ángel Gallardo y cuál fue su legado?

¿Quién fue Ángel Gallardo y cuál fue su legado?

Historia
Efemérides
Fue ingeniero, doctor en Ciencias Naturales y funcionario de los gobiernos de Yrigoyen y Alvear. Recordamos y repasamos su trayectoria, sus logros, investigaciones, y su prolífica vida, a 86 años de su fallecimiento.
Otros artículos que te pueden interesar

Hijo del matrimonio de Ángela Lebrero Castaño y del uruguayo León Gallardo Esnaola, Ángel Gallardo nació en Buenos Aires el 19 de noviembre de 1867. Falleció el 13 de mayo de 1934.

Aprendió a leer y a interesarse por las ciencias con las novelas de Julio Verne. A los seis años memorizó "Las metamorfosis de los insectos", de Girard, y la "Historia de las Hormigas", de Huber. 

"Cuando volvía del colegio observaba las hormigas en el fondo de la calle Florida, donde colocaba una alfombra y me extendía para verlas más de cerca, mientras comía bizcochos de panadería y naranjas, de las cuales participaban también las hormigas. De esas observaciones comprobé que, en ciertos nidos, había además de las obreras, otras formas cabezonas, de las cuales no había nada en los libros - escribió-. Este descubrimiento me demostró que los europeos no sabían nada de nuestras hormigas y me propuse estudiarlas algún día y escribir un libro que revelara esas novedades".

 

Trayectoria académica

 

Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA) y en la Universidad de Buenos Aires (UBA), en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En esa época se afilió a la Unión Cívica y contrajo matrimonio con Doña Dalmira Cantilo Ortiz Basualdo, con quien tuvo cinco hijos: Angel León, Beatriz, Guillermo, María Teresa y Luis Francisco.

Gallardo se diplomó en Ingeniería Civil en 1894.

Foto: Caras y Caretas

 

Un viaje hacia la biología

Luego de recibirse como ingeniero civil decidió continuar formándose pero en el campo de su interés real: la biología. Viajó a Francia, la tierra de su escritor favorito, y tomó cursos con los científicos Bonnier, Guignard, Delage, Giard, Henneguy, Loisel y Van Tieghem, en la Universidad de La Sorbona, en París.

En 1899 presidió la Sociedad Científica Argentina, y demostrando ya su preocupación por afirmar los vínculos entre los países latinoamericanos, conovcó al Primer Congreso Científico con representantes del continente. En 1900 representó a la Universidad de Buenos Aires en los Congresos Internacionales de Botánica y Geología.

Inició una carrera como docente de Historia Natural en el Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE); en el Colegio Nacional enseñó Botánica y en la Universidad de Buenos Aires Zoología. Fue discípulo de Carlos Berg, zoólogo alemán que trabajó en nuestro país y que dirigió su tesis de doctorado.

 

Sus investigaciones científicas

Tuvo dos etapas de su carrera como científico: primero se dedicó a la biología teórica (en concreto, la genética) y luego a la entomología (sección de las ciencias naturales que estudia los insectos). Su tesis de doctorado, presentada en 1906, se tituló "Interpretación dinámica de la división celular", por la que recibió una medalla de oro de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas, premiando su originalidad temática.

Sus principales investigaciones fueron: Hipótesis electromagnética acerca del movimiento de cromosomas en la cariocinesis y "Las Hormigas de la República Argentina" (1916), investigación que quedó incompleta.

En 1912 publicó su último trabajo sobre división celular, y luego dedicó su atención al estudio de la zoología. Sus investigaciones residían en la aplicación de métodos matemáticos para el análisis de la biología, y el trabajo que le dio fama mundial fue la interpretación y reproducción artificial de la división celular, un problema de mecánica que resolvió gracias a sus conocimientos en las ciencias exactas. Tras sucesivas investigaciones enunció su teoría electrocoloidal de la cariocinesis, concediéndoles a los centrosomas y a los cromosomas cargas de signo contrario respectivamente, aunque de idéntico potencial entre ellos mismos.

"Las matemáticas son un admirable instrumento pero no puede dar más de lo que se pone en ellas y, a causa de su propia exactitud y de su propia delicadeza, deben ser usadas con la mayor prudencia y circunspección".

Dedicó más de una decena de memorias al tema de la división cariocinética hasta 1906, con repercusión a nivel nacional e internacional. Sin embargo, nunca abandonó sus investigaciones sobre las hormigas. Al comienzo de su carrera investigó también el campo de la botánica, incursionando en varios trabajos sobre problemas de teratología vegetal.

 

Diario La Razón

 

Museo de Ciencias Naturales

En 1911 Gallardo fue designado por Sáenz Peña como director del Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, en reemplazo del fallecido paleontólogo Florentino Ameghino. Aceptó el cargo sin estar muy convencido y con la condición de cambiar de edificio para albergar las valiosas piezas del Museo, cuya sede pasó por el Convento de Santo Domingo en la Manzana de las Luces y edificios de la Plazoleta Montserrat. Se buscaba emular los cánones arquitectónicos de los museos de ciencias europeos.

Frente a la cantidad de impedimentos burocráticos en 1914 decidió presentar su renuncia, que fue rechazada. Desde 1937 la sede del Museo está ubicada en Parque Centenario y contiene todas las colecciones que Gallardo deseaba para su exhibición: Mineralogía, Entomología, Malacología, Botánica y Arqueología, entre muchas otras. En su cargo como director continuó su investigación entomológica, que le llevó de 1907 a 1928, habiendo publicado sus investigaciones en diferentes artículos.

"Las Ciencias Naturales constituyen la mejor disciplina para desarrollar en los alumnos la atención y el hábito de observación metódica".
Para Gallardo, asiduo lector de Luis Pasteur, "la ciencia y la religión corresponden a dos planos diferentes entre los cuales no debe haber interferencia". Su hermano se convirtió en sacerdote y fundó la Iglesia Argentina en Roma.

Albert Einstein pronuncia una conferencia en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en abril de 1925. Lo acompañana Carlos Seeber, Jose Arce -rector UBA-, Angel Gallardo -Ministro de Relaciones Exteriores-, Luis A. Huergo y General de División Luis Dellepiane. Fuente: AGN.

 

Encargado de la Educación

En su rol como Presidente del Consejo Nacional de Educación, periodo que abarcó de 1916 a 1921, duplicó la cantidad de escuelas en el país. Gallardo dedicó sus mejores esfuerzos a combatir el analfabetismo. Para él, en la escuela primaria estaban los cimientos de la cultura nacional. En el homenaje del centenario del fallecimiento de Manuel Belgrano organizó a las escuelas normales para el acto de la Jura de la Bandera en Plaza de Mayo.

"Si no queremos caer en una barbarie civilizada, peor aun que la barbarie primitiva, necesitamos fomentar inteligentemente nuestras escuelas, enriquecer bibliotecas, fundar y dotar laboratorios, dar elementos de trabajo a los observatorios y museos, facilitar las publicaciones científicas".


La Gaceta

 

Fue embajador de Italia y declaró su admiración por Benito Mussolini. Durante el Gobierno de Marcelo T. de Alvear asumió el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores y Culto.

"En las funciones que actualmente estoy desempeñando, aplico exactamente el
mismo criterio desinteresado y de exclusivo culto de la verdad y el patriotismo que
he empleado en todas las otras actividades que me ha tocado desempeñar en mi
vida. No he sido ni soy hombre político ni tengo aspiraciones de serlo. He tratado
estas cuestiones que ahora me toca resolver llevado exclusivamente por el ánimo
de prestar, en lo que de mí dependa, un servicio a mi país y un acto de solidaridad
con el excelentísimo señor presidente de la República".

En 1932 fue nombrado Rector de la Universidad de Buenos Aires y designado miembro de la Academia Argentina de Letras. Dos años después, habiendo sido designado primer miembro del directorio y luego presidente del Ferrocarril Pacífico, Gallardo presentó su renuncia al cargo de rector de la Universidad. Poco tiempo después, el 13 de mayo de 1934, falleció mientras dormía, a los 66 años.

 

El reconocimiento

Gallardo tuvo gran reconocimiento no solo en la Argentina sino que formó parte de comunidades científicas por todo el mundo: fue Miembro Correspondiente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid; Profesor honoris causa de las Universidades de Padua y de Bonn; Miembro Honorario de la Universidad Mayor de San Marcos de Lima y de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile; Miembro Correspondiente de la Sociedad Científica Antonio Alzate de México, de la Sociedad Científica de Chile, de la Zoological Society de Londres, de la Societé de Biologie de París, de la Sociedad Cubana de Historia Natural. A fines de 1947 la Academia creó el Premio "Angel Gallardo", destinado a premiar un trabajo de zoología.

En la ciudad de Rosario se encuentra el Museo Provincial de Ciencias Naturales Dr. Ángel Gallardo, caracterizado por su propuesta de museo sustentable y museología crítica. El Museo Nacional de Ciencias Naturales se ubica sobre la Avenida Ángel Gallardo, al igual que centros educativos como colegios e institutos que llevan su nombre.


Estampilla conmemorativa expedida por el Correo Central en 1969

 

Su legado

Sus memorias, dedicadas a sus hijos y nietos, fueron publicadas por una de sus nietas, Marta Gallardo (Editorial El elefante blanco), que recuerda: "Tatita estuvo en la fundación de la Unión Cívica y cada vez que quería dedicarse a las ciencias naturales la política se metía en el medio. Por ejemplo fue ministro de Relaciones Exteriores. En París se le ocurrió una teoría sobre la división de las células y los franceses felices. Pero su especialidad eran las hormigas. Todavía me acuerdo de un hormiguero de cemento que había en casa adonde él estudiaba todas esas circunvalaciones”.

La hermana de Marta, la escritora Sara Gallardo, recordó en una de sus últimas entrevistas: "Mi abuelo fue el biólogo Ángel Gallardo y de él aprendí que la naturaleza es lo único real". Y sigue: "El colegio al que asistía se llamaba Angel Gallardo. Iban todos mis primos y era como muy absurdo. Todo como una burbuja. Un día mi hermana Marta se perdió en un club de Hurlingham y fue a la policía. Le preguntaron: ¿Cómo te llamás? Marta Gallardo. ¿Dónde vivís? En la chacra Gallardo. ¿A qué colegio vas? Al Ángel Gallardo. No, nena, no me tomés el pelo, le respondió el policía. Y todo era verdad. Mi familia era como una burbuja. La burbuja Gallardo".

Su hijo Guillermo Gallardo, historiador, también lo recuerda: "Tuve la fortuna de poder colaborar con mi padre, en la escala ínfima que me correspondía, en sus trabajos científicos. Enriquecí las colecciones de artrópodos del Museo Nacional al reunir más de cien especies diferentes de arañas a mis diez u once años. No se me olvida la emoción con que encontré la reina, hasta entonces desconocida, de la hormiga Pheidole cavifrons".

El apellido fue prolífico. José María Gallardo, otro de sus nietos, fue un destacado herpetólogo, es decir, especialista en anfibios y reptiles. También fue director del Museo de Ciencias Naturales.

 

Fuentes: "Modelos en la ciencia: el caso de Ángel Gallardo y su interpretación del
fenómeno de la carioquinesis", María Eugenia Onaha y Marcelo Etchegoyen; Consejo Argentino para las Relaciones Exteriores: "Los diplomáticos", Norberto Padilla; "Ángel Gallardo, bosquejo de una vida, Dr. Osvaldo Loudet"; Eterna Cadencia; Página/12.