“Lo más importante para un emprendedor es pensar en 360”, Alex Paredes Lazo

Alex Paredes Lazo es investigador y conferencista chileno, asesor internacional de Emprendimiento Creativo y Cultural y creador del modelo de innovación para negocios creativos Matriz Sostenibilidad 360º para Creadores©. Además, es autor de Prácticas de emprendimiento creativo y cultural en América Latina y Caribe, coautor de La ruta del emprendimiento naranja (2018) y Director de Escuela de Emprendimiento Creativo y Cultural (ECCU). A continuación, Alex nos sumerge en el universo del emprendedor, la cultura y el mercado en el que está inserto.

-¿Qué implica ser un emprendedor?

-Ser emprendedor implica tener actitudes muy reconocibles como ser apasionado, resiliente, comunicativo, creativo, pero sobre todo, implica tener espíritu de hacker, porque de alguna forma u otra el emprendedor es un disconforme del sistema y busca cambiarlo.

-¿Qué otras características debe tener? ¿Cualquiera puede serlo?

-Además de las características anteriores, un emprendedor debe ser también autoeducado, enfrentar la adversidad, saber trabajar en equipo, ser colaborativo, arriesgado, poner foco en los resultados, ser independiente y autónomo. El emprendimiento es una “cultura”, por lo tanto se adquiere, y cuanto más temprano la adquieras, más capaz te sentirás. Hay mucha resistencia al cambio y muchas personas se quedan en su zona de confort, muchas veces en la seguridad de un sueldo, lo que no juzgo, salvo si te pasas la vida sintiéndote disconforme con tu trabajo y no haces nada para cambiar.

-¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta un emprendedor en el mundo de hoy?

-Debe ser capaz de manejar la mayor cantidad de información que ha tenido la humanidad para reconocer las oportunidades existentes. En una era sobreestimulada de información es muy importante “saber buscar”. ¿Y qué debe buscar? Necesidades, brechas, problemas, anhelos sin solución. Un segundo desafío tiene que ver con la capacidad de generar “match” entre esas necesidades y soluciones que, generalmente, están desarrolladas para otras funciones. Ya está casi todo inventado, solo es preciso saber “adaptar”. Un tercer desafío es generar habilidades sociales para construir relaciones de confianza, aún cuando el mundo sea cada vez más tecnológico e impersonal siempre habrá que cultivar eso que las máquinas no podrán hacer.

-¿Qué hay que tener en cuenta para emprender en Latinoamérica?

-Me encanta provocar a mis alumnos con que dejen de pensar en sus ciudades y países. Hay que pensar en los mercado regionales, en los mercados continentales. En América Latina somos 600 millones de personas, todos esperando contenidos en su idioma. Debemos entender que nuestras idiosincrasias, historias y nuestros modelos de vida nos conectan más allá de nuestros países.

-Para ser emprendedor hay que tener en cuenta tanto las variables culturales como el mercado. ¿Cómo es la relación entre cultura y mercado?

-Es una antigua relación que ha pasado por varias etapas. La Antigua Grecia excluía al arte de la materialidad económica, relegando al creador a la pobreza, dependiendo de la misericordia de los demás, o al mecenazgo, perdiendo libertad de expresión. Recién en 1710 se instaura un auténtico régimen de protección a los creadores llamado “derecho de autor” con los estatutos de la Reina Ana de Inglaterra. Es con este hito que las obras de creadores son reconocidas en su contexto cultural y económico simultáneamente. Actualmente es posible medir cuánta riqueza generan la cultura y la creatividad en un país, en una región y en el mundo, a través de su aporte al Producto Bruto Interno (PBI), el empleo y los sectores que lo generan. Pero un capítulo aún en deuda es la entrega de herramientas de autosostenibilidad económica que, a pesar de que cada día están más presentes en programas de gobiernos y curriculares en la academia, aún no logra llegar a los más de 10 millones de trabajadores y emprendedores del arte, la cultura y la creatividad en América Latina.

-¿Cómo buscar y combinar apoyo público y privado?

-La fórmula no es nueva. El Estado se hace cargo de las brechas de mercado donde la inversión ve más riesgo que retorno, mejora las condiciones y permite entrar a los inversionistas. Y en términos prácticos, los emprendedores deben estar atentos a cada una de las oportunidades que hay en cada lado (público y privado) generando formas de ingresos que los involucre.

-¿En qué consiste La Matriz de Sostenibilidad 360º?

-En 2015 realicé una investigación de buenas prácticas en emprendimiento creativo y cultural donde participaron más de 90 articuladores y emprendedores en 12 países de América Latina. Desarrollamos las 10 prácticas más recurrentes y semejantes. Una de ellas me llamó especialmente la atención: más de dos tercios de los emprendedores que habían alcanzado la sostenibilidad económica generaban 3, 4 o 5 formas diferentes de generar ingresos de un mismo concepto, como lo hace Disney o Hollywood. Todos conocemos las películas de StarWars, que genera también libros y revistas, videojuegos y juguetes, series de televisión y series web, y varias formas de modelos de ingresos. Así lo pueden hacer personajes, lugares, marcas y artistas, como Pedro Aznar con sus discos, producciones para terceros y su línea de vinos. La construcción de modelos de negocios radiales es un fenómeno propio de las industrias creativas y como tal he estado desarrollando investigación y metodología los últimos 2 años y medio.

-¿Cuáles son las principales recomendaciones que le daría a quien está por comenzar un emprendimiento?

-Metodológicamente, se reconocen tres pasos para desarrollar tu propia matriz de sostenibilidad. En primer lugar, identifica cuál es tu atributo de valor que te hace único. Le llamamos construir la “entidad”. En segundo lugar, define y clasifica tus audiencias y la  disposición de pago. Le llamamos construir la pirámide de audiencias. Finalmente, en tercer lugar, construye y gestiona productos y servicios que contengan la misma “entidad”. Tal vez lo más importante para un emprendedor es aprender a “pensar en 360º”. Si en más universidades impulsáramos este pensamiento, los futuros profesionales de los sectores creativos aprenderían a generar más oportunidades de autosostenibilidad económica y no sufrir el 50% de desempleo ni ingresos apenas un tercio mayores a los salarios mínimos. Pensar en 360º es una forma de conseguir bienestar económico haciendo lo que más aman los artistas, cultores y creativos.