Adiós al maestro Agustín Alezzo
Adiós al maestro Agustín Alezzo

Adiós al maestro Agustín Alezzo

Teatro
El Ministerio de Cultura de la Nación lamenta profundamente la muerte del director teatral y formador de actores argentino, referente imprescindible de nuestra cultura.

Agustín Alezzo murió hoy a los 84 años, pero deja un auténtico legado en cada una de las actrices y actores que formó, en las obras que dirigió y en la maravillosa experiencia de disfrutar de sus creaciones. Fue una figura central de la escena teatral argentina.

Actor, director y especialmente maestro de actuación, desempeñó un rol fundamental como docente teatral. Tuvo un larga e importante trayectoria en la que dirigió más de 70 obras. Una de sus últimas realizaciones fue la dirección de Yettatore, en el Teatro Nacional Cervantes.

Había nacido en Buenos Aires, el 15 de agosto de 1935. Estudió tres años la carrera de Derecho, pero la abandonó para convertirse en actor y dedicarse por completo a su autentica vocación: la dirección y la docencia teatrales. Fue alumno de Lee Strasberg y discípulo de Hedy Crilla. Debutó como director en 1968, con La mentira, de Nathalie Sarraute. Formó parte del Nuevo Teatro junto con Alejandra Boero y Pedro Asquin; integró el Grupo Juan Cristóbal junto con Carlos Gandolfo, y fue miembro del Teatro La Máscara.  

Se lució en los escenarios con importantes producciones como Las brujas de Salem, de Arthur Miller; Ejecución, de John Herbert; Botín, de Joe Orton; La rosa tatuada, de Tennessee Williams; Arsénico y encaje antiguo, de Joseph Kesselring; Memorias de un adolescente, de Neil Simon; Ricardo III, de Shakespeare, El jardín de los cerezos, de Antón Chéjov, entre muchas otras.   

Durante la última dictadura militar, integró las penosas listas negras de intelectuales y referentes de la cultura que estuvieron prohibidos; pero encontró refugio en la docencia, creando el mítico grupo "Repertorio", con el cual realizó decenas de espectáculos. También dirigió el Conservatorio Nacional de Arte Dramático y la Escuela El Duende, donde funcionó una sala de teatro independiente. Fue quien introdujo el famoso método Stanislavski en el teatro argentino, con el que formó a una gran cantidad de importantes y reconocidos actores y actrices.

Recibió decenas de premios y reconocimiento, entre ellos: Premio Konex de Platino en 2001, al Mejor Director de Teatro de la década en Argentina; Diploma al Mérito en 1981 y 1995; Premio María Guerrero a la trayectoria; Premio a la Trayectoria Artística del Fondo Nacional de las Artes, y el Instituto Nacional del Teatro (INT) le otorgó una distinción honorífica por su trayectoria.

Fue humilde, sencillo, agudo, comprometido y un defensor de lo que más amaba: el teatro y sus alumnos. La cultura argentina lo despide con gran pesar, pero enorgullecida de su legado artístico y estético que hoy le deja.