15 datos de la vida de Manuel Mujica Lainez
Manuel Mujica Lainez, el legado de un autor que resiste
A 110 años de su nacimiento, recordamos a uno de los escritores argentinos más destacados del siglo XX. Sin embargo, durante las últimas décadas, su literatura parece oscilar entre el reconocimiento y el olvido. A propósito, conversamos con el investigador y experto en su obra, Diego Niemetz, quien nos acerca a la vida y legado de Manucho.Manuel “Manucho” Bernabé Mujica Lainez había nacido el 11 de septiembre de 1910 y murió el 21 de abril de 1984, en su residencia "El Paraíso", situada en Córdoba, como consecuencia de un edema pulmonar. Sobre su mesa de trabajo quedó el original de una novela inconclusa titulada Los libros del sur. El escritor pasó parte de su adolescencia en Inglaterra y Francia. Tuvo diversos trabajos a lo largo de su vida, entre los cuales se puede mencionar el de periodista, traductor y crítico de arte. A su vez, era famoso por las fiestas que brindaba en su casa de Belgrano, por donde circulaban a lo largo de la noche gente del mundo social y artistas de todas las disciplinas.
Manucho es reconocido por su ciclo de novelas históricas denominada "la saga porteña", conformada por Los ídolos (1953), La casa (1954), Los viajeros (1955) e Invitados en El Paraíso (1957), además de su ciclo de novelas históricas-fantásticas constituidas por Bomarzo (1962), El Unicornio (1965) y El laberinto (1974). Además, se destacó por sus cuentos reunidos en Aquí vivieron (1949) y Misteriosa Buenos Aires (1950). Es a partir de la publicación -y prohibición por el gobierno militar de Juan Carlos Onganía- de la novela Bomarzo, que el escritor multiplicó la venta de sus libros y se transformó en una figura popular.
Desde 1987 hasta 2014 funcionó en su casa cordobesa un museo dedicado a su vida y obra, que conserva tanto la biblioteca como el mobiliario y diversos objetos que fue adquiriendo en sus viajes.
- Manucho sufrió un grave accidente a los 4 años mientras recorría en un triciclo la azotea de su casa (donde hoy se alza el Automóvil Club Argentino, en la Avenida del Libertador). Tropezó con una inmensa olla de agua hirviente que se volcó sobre él: todo su cuerpo se volvió una llaga. Roque, el cocinero, llegó a untarlo con clara batida de pies a cabeza, salvándolo de una muerte horrible.
- Bernabé Lainez Cané, su abuelo materno, fue quien le transmitió el gusto por la literatura.
- Cuando terminó la secundaria, comenzó la carrera de Derecho, pero abandonó ese mismo año.
- A los 22 años se transformó en redactor del diario La Nación, inicialmente en la sección de sociedad.
- En 1936 se casó con Ana de Alvear Ortiz Basualdo.
- Tuvo tres hijos: Diego, Ana y Manuel.
- En su adultez, tenía un look muy particular: solía aparecer con chalecos estentóreos, monóculo y bastones ricamente ornamentados. En España le decían que parecía un viejo lord de otro tiempo, algo que no le gustaba que le dijeran cuando estuvo allí por última vez (primavera de 1982) porque era cuando la guerra de las Malvinas y él era un argentino patriota.
- A los 59 años, se retiró del diario La Nación, vendió su casa del barrio de Belgrano y se mudó a La Cumbre.
- Los jardines de la casa cordobesa a la que llamó "El paraíso" -que se encuentra en Cruz Chica, a 3 kilómetros de La Cumbre-, fueron proyectados por el arquitecto y paisajista Carlos Thays, el mismo que realizó famosos parques públicos, como los de Palermo y el Botánico de la ciudad de Buenos Aires.
- Su primera novela, dedicada a su padre, fue escrita en francés en Europa, y se tituló "Louis XVII".
- Manucho llevaba bien algunas contradicciones. Por un lado, estaba casado y era padre de familia conservador de clara estirpe liberal; por otro, era homosexual y no lo ocultaba. Iba siempre acompañado de jóvenes que cambiaba con cada temporada. Una vez un amigo, en un teatro, le presentó a su joven acompañante como “sobrino” y Manucho le dijo que ya lo conocía: “Fue mi sobrino el invierno pasado”.
- Al igual que Jorge Luís Borges, descreía de la política y era antiperonista.
- No le gustaba estar solo: "Quiero salir a la calle y ver gente", decía. "Para mí, la soledad no es buena", concluyó en una entrevista años después de la muerte de su madre.
- Visitaba con frecuencia a las videntes -siempre eran mujeres-, a pesar de ser también muy creyente.
- Entre las distinciones que recibió, se destacan el Gran Premio de Honor de la SADE (1955), el Primer Premio Nacional de Literatura (1963), Premio Kennedy (1964), Premio Pen Club (1966), Oficial de la Orden de las Artes y las Letras (1964), Comendador de la Orden de Mérito (1967) ofrecida por el gobierno italiano y la Legión de Honor del Gobierno de Francia (1982).