Victoria Salías es la nueva directora del Museo Nacional de la Historia del Traje
Victoria Salías es la nueva directora del Museo Nacional de la Historia del Traje

Victoria Salías es la nueva directora del Museo Nacional de la Historia del Traje

Museos
Estudió Diseño de Indumentaria y se especializó en Gestión Cultural y Curaduría de Artes Visuales

Victoria Salías egresó de la carrera de Diseño de Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires en 1994. Además, cursó la Especialización en Gestión Cultural en la Universidad de San Martín y actualmente está terminando la Maestría en Curaduría de Artes Visuales en la Universidad de Tres de Febrero. Colección, tradición y modernidad son los ejes que se propone en su gestión para hacer de este Museo un espacio siempre de moda.

–¿Cuál fue tu recorrido profesional hasta la fecha?

–Comencé trabajando como diseñadora para algunas empresas mayoristas mientras daba clases en la Universidad de Buenos Aires, en la Cátedra Novik, en 1993. Luego encaucé mi carrera dentro de la gestión institucional de programas de moda, incorporándome al Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires para el desarrollo del Programa que dio origen al Centro Metropolitano de Diseño (CMD), en 1997. Dos años después volví a la Universidad de Buenos Aires como profesora adjunta de la primera cátedra de diseño de egresadas de la carrera, en la cátedra de Fiorini Camargo, donde todavía sigo desempeñándome a cargo del primer nivel de la materia: Diseño de Indumentaria y Textil. Ese mismo año, creé el Área de Talleres de Diseño del Centro Cultural Rector Ricardo Rojas, donde aún coordino el área.

Ya conformado el CMD, ocupé el puesto de Coordinadora de la Oficina de Moda de la Ciudad, donde acompañé, con diversos planes y programas, el desarrollo de los emprendimientos de diseño más afamados de la Argentina, como Salsipuedes, Sibilia, Nadine Zlotogora, Kostüme, Dappiano, Hermanos Estebecorena, etc. Desde ese puesto produje el Programa Dorrego Ferias de Diseño, en 2004, que se constituyó en el semillero de emprendedores de todas las disciplinas de diseño e industrias culturales.

En 2012, decidí comenzar un camino independiente más ligado a la gestión cultural, al diseño y moda desde esa óptica, dentro del cual realicé gestiones y curadurías de acciones y muestras de moda, arte y diseño. 

 

-¿Cuál es tu mirada sobre el Museo Nacional de la Historia del Traje?

–Es un museo con una colección increíble que merece tener mayor posibilidad de exhibición, para poder crecer tanto en cantidad de objetos de la colección -haciéndola más contemporánea por un lado y más inclusiva en términos de origen de las piezas por otro- así como crecer en superficie de exhibición y cantidad de eventos y actividades anuales. La moda es un lenguaje sumamente accesible para el común de la gente, de allí su éxito en los museos del resto del mundo, que aún no se verifica acá.

–¿Cuál creés que debe ser la función pública de una institución cultural como un museo?

–Creo que la función principal de las instituciones culturales es dar lugar a la diversidad y promover los vínculos entre las diferentes partes que conforman la sociedad para enriquecerla. Particularmente, son los museos los espacios donde se genera y se conserva el patrimonio y, por lo tanto, la cultura, y se pone en juego el conocimiento desde diversos puntos de vista en relación con él: la curaduría, la investigación y la restauración, entre otros.

–¿Cómo pueden dialogar los museos con el visitante en este siglo?

–Creo que el gran desafío que aún tienen los museos argentinos es nutrirse de una amplia gama de acciones e interacciones digitales que permitan a los visitantes convertirse en algo más que eso, en lugar de ser “visita”, dar la posibilidad de “ser parte de”.

–¿Cómo se acapara la atención de los nuevos públicos?

–El nuevo público por definición es la infancia, y son los niños quienes promueven los cambios culturales, con lo cual debe enfocarse gran parte del esfuerzo en generar acciones que los convoquen, los ayuden a reflexionar jugando sobre las cuestiones del patrimonio y cómo este define la identidad de un grupo social determinado.

–¿Puede aportar un museo con la idea de federalizar la cultura? ¿Cómo?

–Siempre y cuando se lo proponga como objetivo, sí. El modo es exhibiendo tanto patrimonio como nuevos diseñadores y objetos de todas las latitudes del país para abordar el concepto de construir patrimonio. Las colecciones no son ni más ni menos que los objetos de la cultura en un momento dado, que quedan cristalizados como ejemplo de ese momento y esa sociedad determinados. Desde ese punto, cualquier construcción conceptual es posible.

–¿Cuáles son tus museos favoritos, además de dónde asumís?

–Sí; por mi trabajo independiente como curadora me encariñé con el Museo Nacional de Arte Decorativo y su equipo de trabajo, si bien también me gustan mucho los museos de arte moderno, el MNBA, MACBA, MALBA; Sívori y el Saavedra. Este último tiene una muy interesante colección de indumentaria histórica. Del exterior, nombraría al MoMu de Amberes, el Museo de la Moda de Chile, el Musée de la Mode de París y el Costume Institute de Nueva York, todos estos de moda específicamente.