Por qué se celebra el Día Mundial del Teatro
Por qué se celebra el Día Mundial del Teatro

Por qué se celebra el Día Mundial del Teatro

Teatro
Efemérides
Desde 1962, por iniciativa de la UNESCO y a través del Instituto Internacional del Teatro, se declaró el 27 de marzo como el día internacional de las artes escénicas, fecha tradicional que da comienzo a la temporada de tablas en París.
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En 1961, el Instituto Internacional del Teatro de la UNESCO decidió organizar una jornada mundial para celebrar una de las más destacadas artes escénicas: la dramaturgia. De esta manera, los miembros de este organismo se encontraron en Helsinki apoyados principalmente por los países nórdicos y resolvieron iniciar con esta tradición el 27 de marzo de 1962

¿Por qué se eligió el 27 de marzo?

En un contexto de reconstrucción europea, la elección de la fecha se debió a que desde 1954, todos los 27 de marzo de daba inicio a la temporada en el Teatro de las Naciones de París, evento con en el que se pretendía lograr una comunión entre países luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial. 

El objetivo de declarar un Día Internacional del Teatro se basaba en dar a conocer el mundo de las artes escénicas a más personas. Es por eso que durante esta jornada se representan innumerables obras para todas las edades en distintos teatros del globo terráqueo.


(Foto: Fiesta Nacional del Teatro de Posadas).

Cuatro grandes discursos

La primera vez que se celebró el día, en 1962, el encargado de dar un discuro inicial, que se transformó en tradición, fue el poeta, dramaturgo y cineasta francés Jean Cocteau (1889 - 1963). Decía lo siguiente: 

"Los pueblos, gracias a las Jornadas Mundiales de Teatro, tomarán con ciencia, al fin, de sus riquezas y colaborarán en una alta empresa de paz. Decía Nietzsche: "las ideas que cambian la faz del mundo vienen como en patas de paloma". Y puede que sea este medio, tan frecuentemente ilimitado al simple pretexto de gusta, el que dote a la juventud de una Sorbona brillante y viva, de diálogos en carne y hueso, mientras que las fatigas del estudio hacían perder a las obras maestras su violencia original y las debilitan.

Yo añado: dicen que la máquina ha asentado el golpe de gracia al teatro. No me la creo, y, puesto que el Instituto Internacional de Teatro me encarga que tome la palabra en su nombre, declaro, como antes se hacía para los reyes, y variando un poco la fórmula: "¡Si el teatro ha muerto, viva el teatro!".

Otro de los discursos históricos de este día fue el dictado por el escritor y dramaturgo franco rumano, Eugenio Ionesco (1909 - 1994), uno de los máximos representantes del teatro del absurdo. Finalizaba así:

"El Arte, se dice, no tiene fronteras. El teatro no debe tenerlas tampoco, más allá de las divergencias ideológicas, castas, razas, nacionalismos, patrias particulares, debe ser la patria universal, el lugar de encuentro de todos los hombres que comulgan con la misma angustia y las mismas esperanzas que revela la imaginación, no arbitraria, ni realista, sino expresión de nuestra identidad, de nuestra continuidad, de nuestra unidad. ¡Nada de consignas para los creadores! ¡Nada de recibir instrucciones de los gobiernos!".

Por su parte, el artista chileno Pablo Neruda (1904 - 1973), representando la voz de latinoamérica, aportó su perspectiva en la celebración de 1971. Esto decía el poeta:

"La poesía es mi pan de cada día: soy solo un poeta de Chile, cercano y distante de cada uno de ustedes, hombres y mujeres del teatro mundial. Me atrevo, sin embargo, a pensar en lo que compartiremos todos: un teatro simple, pero no simplista, crítico pero no inhumano, un teatro sin limitaciones que avance como un río de los Andes, imponiendo sus propios límites".

Más cerca en el tiempo, allá por 2012, en el 50 aniversario del Día Mundial del Teatro, el cineasta estadounidense, John Malkovich (67), se dirigía así hacia sus colegas artistas y profesionales del teatro:

"Me siento honrado por haber sido elegido por el Instituto Internacional del Teatro ITI en UNESCO para dar este saludo conmemorativo del 50 aniversario del Día Mundial del Teatro. Dirigiré mis breves comentarios a mis colegas trabajadores del teatro, mis pares y camaradas. Que su trabajo sea convincente y original. Que sea profundo, conmovedor, contemplativo y único. Que nos ayude a refexionar sobre qué significa ser humano, y que esa reflexión sea bendecida con corazón, sinceridad, honestidad y gracia. Que se sobrepongan a la adversidad, a la censura, a la pobreza y al nihilismo, como muchos se verán casi ciertamente obligados a hacer. Que sean bendecidos con el talento y el rigor de enseñarnos acerca del latir del corazón humano en toda su complejidad, y la humildad y la curiosidad de hacer de eso el trabajo de su vida. Y que los mejores de entre ustedes -porque sólo serán los mejores, y aún ellos sólo en los momentos más breves y escasos- tengan éxito en esbozar esa pregunta básica: ¿cómo vivimos? Buena suerte".