Sofía Speranza: “Diseñar es una forma de comunicarse con la sociedad”
Sofía Speranza: “Diseñar es una forma de comunicarse con la sociedad”

Sofía Speranza: “Diseñar es una forma de comunicarse con la sociedad”

Diseño
Es diseñadora y su colección, inspirada en el cementerio de la Recoleta, se expone en el Museo Nacional de la Historia del Traje

Cuando la diseñadora Sofía Speranza habla sobre sus prendas, se entusiasma: habla sobre el juego con los colores y los brillos, narra historias. Cuenta sobre sus proyectos y confiesa entre risas que quiere crear su propio mundo, “el universo Speranza”.

Con apenas 26 años, esta egresada de la carrera de Diseño de Indumentaria (UBA),  está dando los primeros pasos en esa dirección. Con su colección “La Speranza de Recoleta” –que se presentó en el Museo Nacional de la Historia del Traje, durante La Noche de los Museos– plantea algo de ese naciente mundo.

La colección está inspirada en el cementerio de la Recoleta, un ícono cultural e histórico de la ciudad de Buenos Aires. “Mi objetivo fue darle vida a las esculturas barrocas y religiosas, con una parodia al lujo y a la ornamentación. Lo expresé en estampas y maxi prendas, con materiales plásticos, brillosos”, explica la diseñadora.

 “Busqué revertir el concepto de cementerio como algo trágico. Mezclé ese hermoso trabajo de art nouveau y barroco de las esculturas con mi estética pop y ultramoderna”, agrega. Algunas de las prendas de esta colección pueden visitarse durante noviembre en el Museo Nacional de la Historia del Traje (Chile 832), de martes a domingos de 15 a 19, con entrada libre y gratuita.

-¿Cuándo y cómo aparece tu necesidad de diseñar?

-Desde chica siempre dibujé, copiaba imágenes que me gustaban o inventaba personajes caricaturescos. Siempre realizaba actividades en las que podía expresarme. A los 8, hacía manualidades que luego vendía en mi barrio, casa por casa. A los 10, comencé patinaje artístico. Y cerca de los quince años, empecé a expresarme a través de la indumentaria: recorría ferias americanas y me vestía con impronta “ochentera”. Al finalizar la secundaria me anoté en la carrera de Diseño sin saber de qué iba a tratar el viaje.

-¿Y cómo resultó ese viaje?

-Fui aprendiendo, creando mi estilo. Mientras estudiaba trabajaba en un local de ropa y tenía algunos prototipos hechos por mi. Después tuve la propuesta de diseñar esas prendas para un local de Palermo y comencé a enamorarme de que las personas se llevaran un diseño mío.

 

-¿Eso es lo que más te gusta de tu profesión?

-Lo que más me gusta es que hago lo que me apasiona. Creo que las cosas que se hacen desde el corazón siempre generan algo en el espectador y en el universo. Tener la posibilidad de que mi obra llegue a la gente me hace sentir realizada y con ganas de sorprender constantemente. Por más que los diseños surgen dentro de mi taller, cobran vida cuando son sacados a la calle y puestos en el cuerpo de otro. Es como si una parte de mí viajara con cada prenda desfilada o vendida. Como si ese amor con el que yo la creé se multiplicara en cada uno. Elegir diseñar no es sólo realizar caprichos personales estéticos, sino comunicarse con la sociedad y estar en constante feed back con ella.

-¿Y qué te interesa comunicar?

-A lo que quiero llegar es crear un mundo pop atravesado por el brillo, el negro y lo lúdico. El cuerpo como campo de trabajo me queda chico, me gustaría expandirme a hacia la decoración, las obras de arte intervenidas y los accesorios. He venido al mundo a crear un universo Speranza.

¿Cómo es ese universo?

-Es un lugar donde habita lo estridente, lo alegre y lo impactante. No hay espacio para la vergüenza ni para los prejuicios. La nada no existe y mucho es poco. Es el espacio donde todo está permitido, y donde las personas tímidas pueden jugar a ser extrovertidas. Me gusta jugar con lo bizarro y lo kitsch, mezclar el barroco con el pop, llevarlo a los años 80 y luego traerlo a la actualidad.

-¿Cómo ves el momento que atraviesa el diseño hoy?

-No me gusta compararme u opinar sobre los diseñadores de mi generación. Creo que todos vivimos en planetas distintos, algunos más cercanos, otros no tanto, pero compartimos una sociedad, y es eso lo que nos une. Está bueno que cada uno proponga cosas distintas. En la diversidad está el diseño. En la homogeneidad está la moda. Veo un gran amor por parte mis colegas emergentes y de mi parte. Me encanta ver que apostamos todo por el diseño nacional. Somos responsables que la cultura no se acabe.

-Diferenciás el diseño de la moda, ¿cómo definís a esta última?

-Creo que es un concepto que se ha tratado de definir por muchos años de manera filosófica, y supongo que se simplifica en la manera en que la gente se "amontona" en lo seguro, sin escuchar los deseos internos. Me refiero tanto a los consumidores como a los  comerciantes y a los diseñadores. Creo que el diseño es la exploración más profunda de nuestros deseos personales, sumada a la observación del contexto cultural y social. La satisfacción más grande para un diseñador se genera en la empatía con el público.