“Los hermanos afro”, una serie sobre la inclusión de los afrodescendientes
“Los hermanos afro”, una serie sobre la inclusión de los afrodescendientes

“Los hermanos afro”, una serie sobre la inclusión de los afrodescendientes

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Está disponible por Contar y el elenco está conformado en un 95% por personas afrodescendientes. Su director, Wisny Dorce, cuenta qué lo llevó a relatar esta historia y qué lo trajo a vivir a Argentina desde su Haití natal.

La miniserie Los hermanos afro es una ficción sobre Leo y Mimi, dos hermanos afroargentinos que quieren desarrollar sus carreras. A través de su historia se van sumando personajes y se muestran los problemas de inclusión a los que suelen enfrentarse las personas afrodescendientes. Se trata de una miniserie de once capítulos cortos, de 15 minutos cada uno. El equipo técnico y el elenco están conformado por un 95% de afrodescendientes, y está disponible para ver gratis y online a través de la plataforma Contar.

El director de la serie, Wisny Dorce, nació en Haití hace 35 años. Según cuenta, la mitad de los haitianos es hincha de la selección argentina de fútbol y esa pasión adquirida desde chico hizo que quisiera conocer Argentina. Vino en 2011 con la idea de estudiar para ser director técnico de fútbol, pero terminó estudiando actuación y cine, que es lo que le gusta hacer. En 2017 fundó la Black Existencia Films, la primera productora audiovisual afro de Argentina, con la que realizó diversas piezas audiovisuales, entre ellas, su primera película, El afortunado, que ganó varios premios internacionales.

El director, Wisny Dorce, con Cecilia Cáceres, una de las protagonistas de la serie.

-¿Por qué decidió venir a vivir a Argentina?

-En Haití hay una gran pasión por el fútbol argentino. Mis sentimientos, mi amor por este país, vienen de ahí. Un 50 por ciento de los haitianos son hinchas de la selección argentina de fútbol; hay banderas de Argentina colgando de las casas haitianas. Cuando era chico mi papá era fanático de Mario Kempes, después me hizo fanático de Gabriel Batistuta y Ariel Ortega. Conocemos mucho a Argentina por el fútbol. Siempre había querido venir.

-¿Con qué idea vino?

-Al principio no vine para quedarme. Venía por un tiempo porque quería estudiar para ser entrenador de fútbol, pero no funcionó. En 2011, cuando llegué, fui a inscribirme pero no me gustó cómo me recibió la recepcionista. Me preguntó de dónde era y le dije: “soy de Haití”. En ese momento creo que el curso de entrenador era de 200 dólares mensuales; me pareció que me subestimó, como si creyera que yo no iba a poder pagar el curso. Entonces me dije: “Este espacio no es mi espacio”. Entonces me fui.

-¿Qué hizo después de que lo trataran mal?

-Yo no creo que me hayan tratado mal. Para mí, filosóficamente, no es que me trató mal, sino que se trató mal a ella misma. Lo tomé como una orientación. Quizás como entrenador no iba a llegar a ningún lado. Ahora como cineasta estoy haciendo cosas más útiles en la sociedad. Esas cosas las tomo como que tienen sentido. A veces las cosas malas tienen una parte buena.

-¿Y cómo llegó al mundo audiovisual?

-A principios de 2012 me anoté en la escuela de Lito Cruz para estudiar actuación. Desde pequeño me gustaba actuar, en mi colegio, con mi familia; actuaba con mi madre haciendo obras de teatro en la misma casa. Después de un año de estudiar con Lito Cruz tuve la suerte de poder trabajar como extra calificado en una película sobre esclavitud, que se llama Los inocentes, en la que Lito Cruz fue el protagonista. Después de eso vi que, por mi español con acento, solo iba a tener oportunidades de hacer de extras y no era lo que yo quería. Entonces empecé a cursar dirección de cinematografía, guion, montaje y edición en el Centro de Formación Profesional del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA). Después hice cuatro cursos de cine en la ENERC. A veces viajo a Estados Unidos a hacer cursos intensivos de cine. Siento que eso es lo que yo quería, que es lo que quiero, que es lo mío.

Los actores Félix Zegarra Borlando y Álisha Álvarez, dos de los protagonistas de Los hermanos afro.

-Sobre la serie, ¿qué lo motivó a contar esa historia?

-Como cineasta, como afro, como negro consciente de mi negritud, siento la necesidad de crear contenido para visibilizar a los afrodescendientes y también los problemas que afrontamos día a día en Argentina. Lo que me motivó a hacer el proyecto es la falta de conocimiento y también la falta de visibilización de aquellos que lucharon y aún luchan dentro de esta sociedad, que nos niega, que nos trata de una forma completamente diferente a los demás.

-En la serie aparecen dos libros: El legado de Mandela, de Richard Stengel, y Niña, mujer, de Djune. ¿Qué significan esos libros para usted?

-¡Pero esos son los secretos de los directores! El libro de Mandela significa muchas cosas para mí. Nelson Mandela es, para mí, en mi humilde opinión, el mejor político de la historia de la humanidad. Y tener ese libro ahí significa mucho y también es un mensaje hacia la comunidad afroargentina, que es una comunidad muy amplia y muy dividida. El libro de Nelson Mandela es un mensaje de que tenemos que ir a buscar y leer sobre nuestras raíces.

-¿Y sobre el otro libro?

-La autora es una haitiana, “Djune”, quien llegó a Argentina y después de dos años y medio de vivir acá escribió el libro. Significa el aporte de la inmigración negra en la sociedad y la cultura argentina, y también en la comunidad afroargentina. Nosotros, que venimos de otros países, estamos aportando y esa fue mi idea al incluirlo y también darle visibilidad al trabajo que hizo ella.

-En paralelo a la historia central de la serie, en los comienzos de cada capítulo se va desarrollando una historia paralela, hasta que en el episodio final se juntan todos esos personajes y empiezan a caminar juntos. ¿A qué hace referencia esa historia?

-Con esas escenas quise recrear a todos los afros argentinos que existieron en Argentina en tiempos pasados, ya que hay una idea de que en Argentina no hay negros, que no hay argentinos negros. Pero sí hay y hubo. Y hubo bastantes negros que lucharon en la Independencia de Argentina. Eso quería mostrar. Y también tiene otra faceta, la parte final cuando entran a la casa, se los ve tristes, no están contentos. Eso tiene que ver con la actualidad de la comunidad actual. Que la comunidad afrodescendiente no está contenta.

-La figura de María Remedios del Valle es central en la serie, ¿cómo conoció su historia?

-En Haití tenemos materias de historia latinoamericana desde la primaria hasta la universidad, pero no sabía de la existencia de María Remedios del Valle hasta que vine a vivir a Argentina. La descubro cuando empiezo a estudiar cine realmente. A partir de ahí empiezo a conocer su historia, que es una historia grande, hermosa y también triste. Como cineasta, me parece importante dar visibilidad a una persona y a una referente importante como María Remedios del Valle.