Javier Daulte: “Me gustó el desafío de dirigir un musical con un elenco de cuatro actores”

Luego de dos exitosas temporadas en el Teatro Cervantes y una gira por todo el país, Ni con perros, ni con chicos cosecha aplausos en Mar del Plata
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“Para mí fue un hermoso viaje contar esta historia con luces, vestuario, sonido, escenografía, y además, canciones y baile”, dice Javier Daulte, quien desde 2015 está al frente de este musical de Fernando Albinarrate, que ya es un éxito en Mar del Plata. “Yo nunca había hecho un musical, varias veces me habían tentado pero no lo había concretado. Este material me lo acercó Laura Oliva. En realidad, todo empezó cuando el autor de las canciones y la música de la obra, Fernando Albinarrate, se la ofreció a Omar (Calicchio), que es quien hace el papel de Charles Laughton. Omar quiso que Laura (Oliva) fuera Elsa (Lanchester). Ella me propuso a mí como director y yo se la propuse al Cervantes, esa fue la cadena”, cuenta Daulte al recordar cómo surgió el proyecto.

-¿Por qué contar la historia de este matrimonio del cine hollywoodense?

-Porque al margen de la obra, que cuenta la historia de esta pareja de actores ingleses que se van a vivir a Estados Unidos, y de este actor que yo ya conocía y admiraba mucho, habiendo visto sus películas, lo que pude apreciar fue una historia de amor muy bella, que, como toda historia de amor digna de ser contada, tenía un final triste. Me gustó el desafío de dirigir un musical con un elenco de cuatro actores en el escenario, porque además de Laura y Omar hay otros dos actores –Federico Coates y Daniela Pantano– que hacen de varios personajes: ella de secretaria y él de periodista y de amante. Porque ahí está el conflicto de la historia, este matrimonio de actores se quería muchísimo pero a él le gustaban mucho los jóvenes, y ella lo sabía y lo toleró toda su vida. Incluso después de que él murió, ella nunca volvió a formar pareja. Es una historia de amor muy linda. Todo lo que vivieron, él un gran artista y ella una gran comediante, una especie de Niní Marshall inglesa, un petardo, que se hizo muy famosa haciendo de la novia de Frankenstein, con ese peinado tan legendario. Las canciones son hermosas, la música de Fernando es brutal, y el hecho de trabajar con el autor y el músico al lado, y con la coreógrafa, es un lujo.  

-¿Habías trabajado antes con los actores del elenco?

-Con Laura nos conocimos en “¿Quién es el señor Schmitt ?” y ahí realmente tuvimos un lindo encuentro, porque en la obra empezó a operar un cambio en ella como actriz que tenía ganas de impulsar: en su trabajo, en la elección de los materiales; quería empezar a expandirse como artista más allá de esa maravillosa actriz de comedia que es y que nos divierte tanto en el escenario. Y creo que en Ni con perros... está en su esplendor con lo musical. Es una nueva Laura Oliva. Y poder estar junto a ella, dirigiéndola en ese cambio es maravilloso porque es una actriz probada que está explorando nuevos territorios. Que se deje conducir por mí para eso es un gran privilegio.

-¿Cómo se llevan trabajando?  

-Ya somos un grupo de amigos. El clima de trabajo es fabuloso, el hecho de haber podido ensayar bajo las condiciones de lujo que te da el Cervantes nos facilitó muchísimas cosas. Nos llevó a conocernos con Omar, que también es un pedazo de artista impresionante, a hacernos amigos. Y los otros actores que integran el elenco ahora están sustituyendo a los originales, que son: Julieta Nair Calvo y Dennis Smith, a quienes quiero y admiro mucho. Y Federico Coates y Daniela Pantano también son fabulosos.

-¿Cómo fue hacer el musical en el Cervantes, en la gira y ahora en Mar del plata? ¿Se vive diferente?

-Estar ahora en Mar del Plata es muy divertido. Yo soy bastante perfeccionista y me importa que todas las instancias del espectáculo estén lo mejor posible. En la Sala Caviglia, del Cervantes, tuvimos que adaptar algunas cosas, pero fue la gira lo que nos dio cintura en lo que es la adaptabilidad del espectáculo. Porque a veces, con la velocidad que te impone ir de un lugar a otro, a la hora del montaje no podés contar con la meticulosidad de la puesta y con todas las cosas como te gustaría; además nunca sabés con qué te vas a encontrar. Y ahora, en la Sala Payró del Teatro Auditorium, recuperamos la excelencia.