Carolina Carman es la nueva directora del Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas
Carolina Carman es la nueva directora del Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas

Carolina Carman es la nueva directora del Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas

Museos
Es historiadora y su proyecto principal es elevar el nivel educativo con propuestas de capacitación

La historiadora Carolina Carman asumirá la dirección del Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas, con el proyecto principal de elevar su nivel educativo con propuestas de capacitación, además de actividades lúdicas y atractivas para todos los gustos. La tecnología, una de sus principales aliadas.

–¿Cuál ha fue tu recorrido profesional a la fecha?

–Tengo formación de historiadora. Estudié la carrera de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras donde me recibí de profesora; luego hice la licenciatura. Allí trabajé temas vinculados a la historia de los museos. Concretamente, me dediqué a investigar los orígenes del Museo Histórico Nacional en la Buenos Aires de fines del siglo XIX, un tema muy rico que me permitió comprender e historizar diversos aspectos asociados al surgimiento y el sentido de nuestros museos, sus elites fundacionales, la vinculación con el coleccionismo, la construcción de memoria e identidad y los lazos establecidos con la sociedad mediante exposiciones y otros productos culturales. En los últimos años llevé adelante tareas como investigadora en la Biblioteca Nacional.

–¿Cuál es tu mirada sobre el museo?

–Es un lugar con mucho potencial para llevar adelante diversos proyectos. Tiene la singularidad de ser, a la vez, un museo y un instituto de investigaciones, de modo que se puede trabajar tanto desde la investigación como desde la divulgación de contenidos históricos. Eso me entusiasma particularmente. Además, el período y los temas históricos específicos asociados con esta institución constituyen nudos centrales de la historia argentina.

–¿Qué políticas de otros museos te parecen interesantes?

–Me parece que el principal desafío que muchos museos en el mundo y del país están llevando adelante con éxito es ser educativos y atractivos al mismo tiempo. Quitarse la marca de lugares aburridos, elitistas, plagados de objetos u obras de arte incomprensibles, carentes de relato y concentrados solamente en la acumulación de información cultural per se. Desde luego, los museos deben trabajar los guiones de sus exposiciones con contenidos historiográficos siempre actualizados, pero el lenguaje de las ciencias no es el de los museos, de modo que una exposición no puede ser una tesis colocada en las paredes de una sala acompañada de ciertos objetos, por más interesante que sean esa tesis y esos objetos. Además, los museos más modernos tienden a ser espacios que ofrecen diversas propuestas culturales, como talleres, conciertos, espacios de lectura y de recreación.

–¿Cómo dialogan los museos con el visitante en este siglo?

–Mediante buenas exhibiciones, una oferta cultural variada y precisa, con realización de planes de visitas que contemplen los intereses y saberes de diversos públicos, el uso de recursos virtuales, por ejemplo, para el recorrido de exhibiciones y colecciones. También es interesante que los museos puedan ofrecer actividades que permitan a los visitantes conocer cómo trabajan, cómo son los procesos de investigación, conservación y exposición de sus colecciones. Un desafío importante de los museos es saber despertar la curiosidad de los visitantes.

–¿Cómo se acapara la atención de los nuevos públicos?

–Me parece que es clave que los museos tengan una buena política comunicacional. Es importante que la comunidad donde están insertos conozcan los museos e inclusive los puedan percibir como espacios referenciales. Por supuesto que sería deseable que el público del museo exceda a la comunidad, pero me parece fundamental empezar por allí. Es triste que haya museos cuyos vecinos no conocen; los han visto muchas veces, pero no saben qué hay allí, qué ofrecen. Los museos deben poder comunicar. Y para atraer nuevos públicos es fundamental, además de la calidad de la oferta cultural, poder insertarse en las nuevas redes sociales y utilizar estratégicamente las inmensas posibilidades que ofrece Internet.

–¿Cuál cree que es la función pública de una institución cultural?

–Claramente creo que se trata de estar al servicio de la sociedad. Ofrecer contenidos interesantes accesibles a todos los grupos sociales, atractivos, pero a su vez diferenciales en diversos sentidos con respecto a la oferta cultural comercial. En el caso de los museos históricos se trata de poner a disposición del público una vía de acceso posible al conocimiento del pasado y del patrimonio que pertenece al conjunto de la nación. Dependiendo de los casos, también pueden llevarse a cabo políticas de ampliación de las colecciones con vistas a la protección de bienes que por diversos motivos ameriten ser conservados y exhibidos en los museos públicos.

–¿Cómo se logra que la gente se apropie del museo? ¿Es pertinente pensar en un museo como un espacio de recreación, estudio o de paseo?

–Abriendo sus puertas, invitando a que los vecinos y visitantes se acerquen mediante diversas propuestas. Como señalé antes, una buena oferta cultural y una propuesta comunicacional adecuada son claves. Se trata de transmitir al potencial público, pero también a los transeúntes desprevenidos que allí hay una institución cultural de puertas abiertas para visitar exposiciones, para utilizar la biblioteca, para realizar consultas específicas. Es clave la accesibilidad de la información. Saber comunicar dónde están los museos, de qué tratan, qué contenidos presentan, etc.

–¿Los museos pueden aportar para federalizar la cultura? ¿Cómo?

–Desde luego que sí y sería deseable ir en esa dirección, más aún porque hablamos de museos nacionales. Creo que se puede trabajar este concepto desde diferentes estrategias. En primer lugar, desde el tratamiento de los temas. El Museo Roca particularmente trata un período y unos temas que solo pueden pensarse desde una concepción integradora del conjunto del país y sus diversas culturas e identidades. Es el período de consolidación del Estado nacional y de cristalización de una nueva elite política nacional. Además, las transformaciones económicas, sociales y políticas impactan sobre el conjunto del país con características diferentes y fuertes disparidades. Se trata entonces de pensar los problemas desde esta óptica. También sería interesante trabajar junto con otras instituciones del país, con las que se puedan desarrollar proyectos intelectuales y culturales.

–¿Tenés algún museo preferido, además de dónde asumís?

–Por razones biográficas, mi museo preferido es el Museo Histórico Nacional. Tiene una colección increíble para tratar temas de historia argentina, particularmente del siglo XIX, así como un archivo sumamente rico. Además, allí me formé y aprendí muchas cosas que hoy me permiten asumir el cargo de directora del Museo Roca. Por eso le tengo un especial cariño a ese Museo y a su gente. Pero más allá de esto, que es una marca biográfica, admiro los museos que saben combinar la adecuada presentación de una colección.