“Xul Solar fue como un cometa”
“Xul Solar fue como un cometa”

“Xul Solar fue como un cometa”

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Así describe Álvaro Abós, autor de la biografía más reciente de Xul, al multifacético artista que llenó de color las salas del Museo Nacional Bellas Artes; el recorrido en esta nota
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A 130 años del nacimiento de Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari, más conocido como Xul Solar, el Museo Nacional de Bellas Artes continúa con Xul Solar Panactivista, un recorrido exhaustivo para conocer las múltiples dimensiones de este gran artista argentino.

Álvaro Abós es abogado de formación y escritor de oficio. Es autor de varios ensayos, relatos y novelas. También publicó biografías y la investigación histórica Eichmann en Argentina (2008). Es una de las personas que más conoce sobre la historia de vida de Xul Solar. Su profundo interés lo llevó a escribir “Xul Solar. Pintor del misterio”, biografía publicada en 2004 y reeditada en 2015.

Entonces quién mejor que Álvaro Abós para que nos permita conocer más íntimamente a Xul. Con este propósito, visitamos juntos la exposición Xul Solar Panactivista, que puede recorrerse hasta el 18 de junio en el MNBA. Charlamos con él y conocimos en detalle algunas de las obras más representativas de este gran artista.

-¿Cómo nació en Usted el interés por la vida de Xul Solar?

-Siempre me interesó su relación con Buenos Aires; de hecho, todos los personajes a los que les dediqué biografías (Macedonio Fernández, Natalio Botana, Xul Solar) tienen una relación fuerte con la ciudad. El otro punto en Xul que significó un desafío fue su costado esotérico, porque yo como persona soy un descreído, un porteño que no cree en nada. A Xul le interesaban las religiones, la astrología, los símbolos. Sus cuadros, enigmáticos y extraños, me fascinaron tanto que también me inclinaron a estudiar su vida.

-¿Por qué tituló “Xul Solar. Pintor del misterio”, la biografía que le dedicó?

-El misterio es un elemento siempre presente en la obra de Xul. Podría reformularse el título como “el pintor del misterio o el misterio del pintor”. Se trata de un artista raro, en el sentido de que no tuvo antecedentes ni dejó discípulos; Xul fue como un cometa. Ningún otro plástico de su época tuvo esa personalidad; otros pintores son más fáciles de situar. Hoy hay cuadros suyos en todos los museos argentinos, e incluso en muchos museos del mundo. Es uno de los pintores más cotizados de la Argentina.

-Sin referentes que lo antecedieran, ¿de quién aprendió?

-Xul fue un autodidacta. Asistió a algunas academias de arte pero no por mucho tiempo. En alguna época trató con Quinquela Martín. Diría que su antecedente fue estudiar arquitectura. Incluso para mí Xul fue un arquitecto. Estudió arquitectura en la Universidad de Buenos Aires durante dos años, antes de irse a Europa. Durante sus años en Europa visitó cuanto museo y galería pudo, siempre buscando contactarse con los pintores. Así lo hizo durante diez años, y así se formó.

-¿Quiénes fueron en la vida de Xul sus grandes amigos y maestros?

-Se instaló en Europa en 1913. En una oportunidad se juntó con otro joven que vivía en una pensión, pasando hambre: Emilio Pettoruti. En medio de la bohemia y el aprendizaje su fueron empujando mutuamente. Regresan a la Argentina en 1924 con sus obras, muchas de las cuales provocaban fuertes rechazos. Luego la vida los separó. Con Borges y con Leopoldo Marechal, junto a quienes se integró en la vida cultural de la ciudad y en la bohemia vanguardista, también lo unió una fraterna amistad.

-Borges hablaba de una “revolución cotidiana” al referirse a Xul. ¿Por qué?

-Su idea de “revolución cotidiana” alude a la forma de vida de Xul. Una persona austera, de una gran sencillez. Después de su regreso de Europa no viajó más, no iba a congresos, pasaba todo el día en su casa, salvo cuando salía a caminar, a encontrarse con algún amigo, o a rezar un rato a la Parroquia Nuestra Señora del Valle, en Córdoba y Billinghurst.

-¿Xul Solar iba a rezar a la iglesia? ¿No era ateo?

-No creo que fuera ateo. Era más bien panreligioso. La religión era una experiencia personal y en su caso, como artista, una fuente para su arte. Todas las religiones le interesaban. Su amigo Borges decía que las religiones eran formas de la literatura fantástica. Xul las consideraba una inspiración para su pintura. Xul practicaba magia, hablaba con los muertos; era espiritista. Era ocultista. Se anotaba en todas las sectas y daba cursos sobre esoterismo. Vivía, más que de sus acuarelas, de sus cartas astrales y horóscopos. Estas actividades, que suelen estar en manos de charlatanes, él las encaraba con seriedad y respeto. Desde luego semejante actitud era irreverente para el mundo, por eso muchos lo consideran un extravagante, poco menos que un loco, en todo caso, dada su bonhomía, un loco manso. Sin embargo Xul tenía una fe genuina. Como pintor, murió ignorado por la Academia, aunque tuvo fervientes admiradores, sobre todo en escritores como Borges, Macedonio y Marechal. Su consagración fue póstuma.

-¿Qué otras pasiones tenía Xul?

-Xul era un apasionado del lenguaje. En sus obras puede verse la importancia que tenía la “X” para él. Quizás toda su trayectoria quedó trazada en Florencia, cuando tras ensayar otros seudónimos, se le ocurrió convertir sus apellidos Schultz Solari en Xul Solar, que puede leerse como Lux Solar. Su interés por el lenguaje lo llevó a crear sus propias lenguas. Con el “neocriollo” mezcló español y portugués, las dos lenguas más habladas de América; y la “panlengua”, un idioma universal de raíz numérica y astrológica. Estos inventos tenían en Xul un sentido de creación y juego, pero también un sentido que tenía que ver con las ideas. Estaba fuertemente interesado en América Latina, con el pasado y la cultura de los pueblos precolombinos. Xul fue un aventurero inmóvil; viajaba mentalmente y lo hacía con su arte. En ese sentido, fue un viajero incansable. Sus cuadros son como el diario de un artista.

-¿Cuáles son para Usted las cuatro obras que describen por excelencia el trabajo de Xul Solar?

-Por distintos motivos creo que elegiría Teatro BA, Muros y Escaleras o Muros y Puertas, Vuel Villa, y Proyecto fachada para ciudad.

-¿Qué le dice cada una estas obras?

  1. Teatro BA, 1929

“Miro la obra y veo una postal de una ciudad ingenua, con claros elementos urbanos, y con banderas por todos lados. Xul Solar tenía una obsesión por las banderas, y le fascinaba la combinación de colores. Pintaba banderas con los colores del arco iris, y ponía en sus obras banderas reales y banderas de países que él imaginaba. Xul no creía en la bandera como símbolo bélico, sino como emblema espiritual, la bandera pertenecía al cielo, no a la tierra. Para mí, esta obra refleja una ciudad en ebullición, tal como ocurría con aquella Buenos Aires de los veinte, una ciudad que atravesaba sus tiempos de esplendor”.

  1. Muros y Escaleras y Muros y Puertas, 1944

“Xul pintó murallas, centinelas, castillos. Estas obras permiten captar el recuerdo de su relación con la cárcel. Hasta sus 14 años Xul vivió en una cárcel, la Penitenciaría Nacional de Las Heras, un inmenso predio rodeado por una muralla. Su padre, el ingeniero Emilo Schultz, era el director técnico de ese penal, demolido en 1961. Los cuadros de Xul muestran imágenes del encierro, de los terrores del ser humano. Estos dos cuadros pertenecen a una época en la que Xul Solar cayó en una profunda depresión, aún tratándose de un hombre muy alegre y positivo durante toda su vida”.

 

  1. Vuel Villa, 1936

“Este cuadro me recuerda a Julio Verne. El gran escritor de aventuras era muy leído por Xul, tanto, que trajo libros suyos cuando volvió de Europa. Vuel Villa flota frente a la costa, cerca de una ciudad terrestre, sostenida por globos aerostáticos. Creo que esta obra refleja el mundo fantástico de Xul. Vemos un barco que sobrevuela una ciudad, y que a su vez contiene otra ciudad. Me animo a decir que Vuel Villa es Xul por excelencia”.

 

  1. Proyecto fachada para ciudad, 1954

“Xul Solar estudió dos años arquitectura en Buenos Aires, antes de  emprender su viaje a Europa. Su interés por la arquitectura nunca cesó. Y en sus acuarelas hay numerosas muestras. Muchos arquitectos lo aprecian y le han dedicado estudios. El interés por las construcciones puede verse en  trabajos en los que utiliza formas geométricas, casas, edificios y caminos. Cuando se mudó al Tigre, en el Delta del Paraná, diseñó casas sobre pilotes para que pudieran ser construidas en zonas inundables. Una de las utopías de Xul Solar era la ciudad humana, expresión de la hermandad de los seres humanos”.

Curada por Cecilia Rabossi, Xul Solar Panactivista reúne más de 180 acuarelas, témperas, pinturas, dibujos, objetos, manuscritos y documentos personales de Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari (1887-1963), y puede recorrerse en el pabellón de exposiciones temporarias del MNBA hasta el 18 de junio, de martes a viernes, de 11 a 20, y sábados y domingos, de 10 a 20, con entrada libre y gratuita.