Ajedrecear, una de las propuestas de “Verano de emociones”

Clases gratuitas con grandes maestros, partidas simultáneas, y torneos para grandes y chicos son algunas de las actividades que ofrece.


El ajedrez también puede ser un deporte popular. Con esta premisa, el programa Ajedrecear despliega actividades durante enero y febrero en los cinco puntos turísticos donde se lleva adelante “Verano de emociones”, la campaña organizada por Presidencia de la Nación, con colaboración de distintos ministerios, que incluye propuestas culturales, artísticas y recreativas de entrada gratuita.

Clases dictadas por grandes maestros, partidas simultáneas con destacados jugadores del país, y torneos y ámbitos amenos para el juego libre son las opciones con las que Ajedrecear apunta a promover esta actividad entre grandes y chicos, principiantes e iniciados, en Mar del Plata y Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires; San Marcos Sierras, en Córdoba; Las Grutas, en Río Negro, y San Rafael, en Mendoza.

Mirá el cronograma completo ingresando en el siguiente enlace: Verano de emociones

“Ajedrecear tiene el objetivo de enseñar el deporte y sacarlo a la calle para romper con la concepción elitista que, en general, tiene el argentino sobre el juego. La idea es transmitir que el ajedrez es un juego popular y que se pueda practicar en cualquier parte”, explica el maestro internacional de ajedrez Nahuel Díaz, referente del programa en San Rafael, Mendoza.

Díaz también cuenta que Ajedrecear nació en 2014 luego del éxito que tuvo el espacio Peón Vuelve en varias capitales del país. Hoy el programa tiene un espacio propio en Tecnópolis, donde hay actividades todos los fines de semana.

En Mendoza, más de mil personas de todas las edades se acercaron al espacio Ajedrecear durante el primer fin de semana de programación de “Verano de emociones”, que se extiende hasta el 23 de febrero.

Nicolás Kornblihtt es uno de los profesores encargados de orientar a los chicos que se enfrentan por primera vez a un tablero. “Las clases son, en general, para los más chicos, desde los 4 años, y para los principiantes. Enseñamos desde los movimientos hasta las estrategias, y tratamos de incentivar lo que llamamos 'hábitos de pensamiento' para que el fin no solo sea aprender ajedrez, sino que los chicos desarrollen la capacidad de tomar decisiones”, explica.

“En el marco del juego libre, destinado a quienes ya saben la teoría y se acercan a jugar con un amigo u otra persona, intentamos mostrar que el ajedrez es un deporte competitivo, pero también un espacio de intercambio donde no se juega contra otro, sino con el otro”, agrega Alejo Slucki, otro de los docentes. 

Díaz subraya la cualidad del ajedrez como “elemento vectorial” que reúne diferentes disciplinas y brinda una base de pensamiento que puede extenderse a otros ámbitos. “El ajedrez es una herramienta educativa que transmite responsabilidad, determinación, pensamiento colectivo y respeto por el otro”, concluye.